EL HOSPITAL PEDIÁTRICO DEL VATICANO CUMPLE 150 AÑOS
Con motivo del 150 aniversario de la inauguración del Hospital Pediátrico Bambino Gesú, el Cardenal Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, ofreció un discurso este martes 19 de marzo en el Auditorio de San Pablo Extramuros, en el que destacó la identidad de este hospital: “Mirar al pasado y narrar la propia historia es indispensable para mantener viva la identidad, fortalecer la unidad en el interior de una comunidad y favorecer el sentido de pertenencia a sus miembros”.
Fue el 19 de marzo de 1869 cuando se inauguró el Hospital en Roma. Entonces las instalaciones consistían en una pequeña habitación en las cercanías del río Tíber donde dos médicos y un grupo de religiosas atendían a los niños enfermos. 150 años después, el Hospital Bambino Gesù es uno de los centros pediátricos de referencia en el mundo.
El Cardenal Parolin afirmó que la identidad del Hospital Bambino Gesù de Roma “radica en las palabras de Jesús en el capítulo 25 del Evangelio según San Mateo: ‘Estaba enfermo y me habéis visitado’. Visitar a los enfermos es una de las obras de misericordia corporales, una de las obras de amor que debe caracterizar el estilo de los cristianos, de forma individual, y también de la comunidad cristiana”.
Destacó que la Iglesia tradujo esta obra de misericordia de muchos modos, “entre otros, dando vida a hospitales y a otras instituciones sanitarias y multiplicándolas a lo largo del tiempo como signo de su constante atención a los retos de la persona humana, de modo particular, a los más débiles y vulnerables”.
En definitiva, se necesitan “ojos para ver, para ser consciente, para darse cuenta, y se necesitan ojos para prevenir, para socorrer, para ayudar, no sólo con actos de beneficencia esporádica, sino realizando obras capaces de interpretar y responder en el presente a las exigencias de los más necesitados y de proyectarse hacia el futuro”.
“El Hospital Pediátrico Bambino Gesù nace con una intuición inspirada, encuentra concreción en un proyecto, crece con el protagonismo de las personas y con el apoyo de la comunidad, y se distingue en su historia por haber sido solidario con los que sufren, además de ser eficaz en el socorro que presta”.
A lo largo de su historia, recordó, “el Hospital Bambino Gesù ha ofrecido con continuidad su contribución al crecimiento de la sanidad italiana, en primer lugar, garantizado el acceso a las terapias para los menores enfermos y, en segundo lugar, desarrollando el compromiso por la investigación científica”.
El hospital “es hoy un ejemplo de excelencia a nivel europeo y mundial. La sede es el centro europeo de investigación más grande dedicado a las terapias pediátricas. La sanación pasa necesariamente por la investigación, exigen siempre inversiones importantes en estructura, tecnología y recursos humanos. Es esencial invertir en proyectos de innovación científica para responder a los desafíos del futuro”.
Asimismo, destacó el compromiso del Hospital Pediátrico Bambino Gesú con el Servicio Sanitario Nacional de Italia: “El ambiente natural en el que se desenvuelve el Hospital Bambino Gesù es su compromiso dentro del Servicio Sanitario Nacional, donde continúa siendo protagonista en Roma, en la región del Lazio y en Italia”.
“El Hospital es, además, expresión de la Iglesia Católica, cuyo horizonte es, por definición, universal. Si nuestra mirada no estuviera dirigida hacia las periferias del mundo, no responderíamos a nuestra vocación”, concluyó.
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Redacción ACI Prensa
Fue el 19 de marzo de 1869 cuando se inauguró el Hospital en Roma. Entonces las instalaciones consistían en una pequeña habitación en las cercanías del río Tíber donde dos médicos y un grupo de religiosas atendían a los niños enfermos. 150 años después, el Hospital Bambino Gesù es uno de los centros pediátricos de referencia en el mundo.
El Cardenal Parolin afirmó que la identidad del Hospital Bambino Gesù de Roma “radica en las palabras de Jesús en el capítulo 25 del Evangelio según San Mateo: ‘Estaba enfermo y me habéis visitado’. Visitar a los enfermos es una de las obras de misericordia corporales, una de las obras de amor que debe caracterizar el estilo de los cristianos, de forma individual, y también de la comunidad cristiana”.
Destacó que la Iglesia tradujo esta obra de misericordia de muchos modos, “entre otros, dando vida a hospitales y a otras instituciones sanitarias y multiplicándolas a lo largo del tiempo como signo de su constante atención a los retos de la persona humana, de modo particular, a los más débiles y vulnerables”.
En definitiva, se necesitan “ojos para ver, para ser consciente, para darse cuenta, y se necesitan ojos para prevenir, para socorrer, para ayudar, no sólo con actos de beneficencia esporádica, sino realizando obras capaces de interpretar y responder en el presente a las exigencias de los más necesitados y de proyectarse hacia el futuro”.
“El Hospital Pediátrico Bambino Gesù nace con una intuición inspirada, encuentra concreción en un proyecto, crece con el protagonismo de las personas y con el apoyo de la comunidad, y se distingue en su historia por haber sido solidario con los que sufren, además de ser eficaz en el socorro que presta”.
A lo largo de su historia, recordó, “el Hospital Bambino Gesù ha ofrecido con continuidad su contribución al crecimiento de la sanidad italiana, en primer lugar, garantizado el acceso a las terapias para los menores enfermos y, en segundo lugar, desarrollando el compromiso por la investigación científica”.
El hospital “es hoy un ejemplo de excelencia a nivel europeo y mundial. La sede es el centro europeo de investigación más grande dedicado a las terapias pediátricas. La sanación pasa necesariamente por la investigación, exigen siempre inversiones importantes en estructura, tecnología y recursos humanos. Es esencial invertir en proyectos de innovación científica para responder a los desafíos del futuro”.
Asimismo, destacó el compromiso del Hospital Pediátrico Bambino Gesú con el Servicio Sanitario Nacional de Italia: “El ambiente natural en el que se desenvuelve el Hospital Bambino Gesù es su compromiso dentro del Servicio Sanitario Nacional, donde continúa siendo protagonista en Roma, en la región del Lazio y en Italia”.
“El Hospital es, además, expresión de la Iglesia Católica, cuyo horizonte es, por definición, universal. Si nuestra mirada no estuviera dirigida hacia las periferias del mundo, no responderíamos a nuestra vocación”, concluyó.
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