EL CANON DE MURATORI, LA PRUEBA PROTESTANTE DE QUE LA IGLESIA CATÓLICA NO FORMÓ LA BIBLIA, ¡ES UN DOCUMENTO CATÓLICO!
MENCIONA VARIAS VECES A LA IGLESIA CATÓLICA Y AL PAPA PÍO I.
Por Jesús Mondragón (Saulo de Tarso)
El canon de Muratori o fragmento de Muratori es el escrito más antiguo de la Biblia que existe y contiene con gran aproximación casi todos los libros del Nuevo Testamento como hoy los conocemos, y es citado por muchos grupos sectarios como Testigos de Jehová y “cristianos evangélicos, para demostrar según ellos, que la Iglesia Católica no definió el canon de los libros inspirados de la Biblia en el sínodo de Roma en 382, bajo la autoridad del Papa Dámaso I y los concilios de Hipona y Cartago de los años 393 y 397.
Para apoyar la inverosímil afirmación de que el canon de la Biblia se formó solo, citan el famoso canon de Muratori, que es mucho más antiguo que los concilios de Hipona y Cartago, pues el fragmento de Muratori está fechado hacia el año 170 después de Cristo. Descubierto por el sacerdote jesuita, Ludovico Antonio Muratori, en la Biblioteca Ambrosiana en el año de 1740.
Ludovico Antonio Muratori, fue un erudito y sacerdote jesuita nacido en 1672. Graduado en letras, filosofía y derecho, es creador del método histórico moderno y se caracterizó por su insaciable hambre de conocimiento, muriendo en el año de 1750 a los 77 años de edad.
Lo que “se les olvida” decir a estos grupos sectarios, ya sea por ignorancia o mintiendo deliberadamente, es que: EL CANON DE MURATORI ES UN ESCRITO CATÓLICO, que menciona varias veces a la Iglesia Católica y al Papa Pío I, que fue Obispo de Roma del año 140 al 155. También menciona dos libros Deuterocanónicos, uno del Nuevo Testamento, "Judas" y “Sabiduría” del Antiguo, con la observación de que es aceptado por la Iglesia Católica, lo que demuestra que los libros Deuterocanónicos del Antiguo Testamento, que los protestantes equivocadamente y con malicia llaman “apócrifos” siempre fueron aceptados en el canon de la Biblia, siendo falso que fueron agregados después.
Presentamos a continuación la introducción y descripción que el fragmento muratoriano hace de los libros que contiene, pues por encontrarse incompleto comienza con el Evangelio de Lucas, de lo que se deduce que faltan los de Mateo y Marcos.
EL TEXTO DEL CANON MURATORI
El tercer libro del evangelio según Lucas.
Después de la ascensión de Cristo, Lucas el médico, al cual Pablo había llevado consigo como experto jurídico, escribió en su propio nombre concordando con la opinión de Pablo. Sin embargo, él mismo nunca vio al Señor en la carne y, por lo tanto, según pudo seguir…, empezó a contarlo desde el nacimiento de Juan.
El cuarto evangelio es de Juan, uno de los discípulos.
Cuando sus co-discípulos y obispos le animaron, dijo Juan, “Ayunad junto conmigo durante tres días a partir de hoy, y, lo que nos fuera revelado, contémoslo el uno al otro”. Esta misma noche le fue revelado a Andrés, uno de los apóstoles, que Juan debería escribir todo en nombre propio, y que ellos deberían revisárselo. Por lo tanto, aunque se enseñan comienzos distintos para los varios libros del evangelio, no hace diferencia para la fe de los creyentes, ya que en cada uno de ellos todo ha sido declarado por un solo Espíritu, referente a su natividad, pasión, y resurrección, su asociación con sus discípulos, su doble advenimiento, su primero en humildad, cuando fue despreciado, el cual ya pasó; su segundo en poder real, su vuelta. No es de extrañar, por lo tanto, que Juan presentara de forma tan constante los detalles por separado en sus cartas también, diciendo de sí mismo: “Lo que hemos visto con nuestros ojos y oído con nuestros oídos y hemos tocado con nuestras manos, éstas cosas hemos escrito”. Porque de esta manera pretende ser no sólo un espectador sino uno que escuchó, y también uno que escribía de forma ordenada los hechos maravillosos acerca de nuestro Señor.
Los Hechos de todos los apóstoles han sido escritos en un libro.
Dirigiéndose al excelentísimo Teófilo, Lucas incluye una por una las cosas que fueron hechas delante de sus propios ojos, lo que él muestra claramente al omitir la pasión de Pedro, y también la salida de Pablo al partir de la Ciudad para España.
En cuanto a las cartas de Pablo, ellas mismas muestran a los que deseen entender desde qué lugar y con cuál fin fueron escritas. En primer lugar escribió a los Corintios prohibiendo divisiones y herejías; luego a los Gálatas prohibiendo la circuncisión; a los Romanos escribió extensamente acerca del orden de las escrituras y también insistiendo en que Cristo fuese el tema central de éstas.
Nos es necesario dar un informe bien argumentado de todos éstos ya que el bendito apóstol Pablo mismo, siguiendo el orden de su predecesor Juan, pero sin nombrarle, escribe a siete iglesias en el siguiente orden: primero a los Corintios, segundo a los Efesios, en tercer lugar a los Filipenses, en cuarto lugar a los Colosenses, en quinto lugar a los Gálatas, en sexto lugar a los Tesalonicenses, y en séptimo lugar a los Romanos. Sin embargo, aunque el mensaje se repita a los Corintios y los Tesalonicenses para su reprobación, se reconoce a una iglesia como difundida a través del mundo entero. Porque también Juan, aunque escribe a siete iglesias en el Apocalipsis, sin embargo escribe a todas. Además, Pablo escribe una carta a Filemón, una a Tito, dos a Timoteo, en amor y afecto; pero han sido santificadas para el honor de la iglesia católica en la regulación de la disciplina eclesiástica.
Se dice que existe otra carta en nombre de Pablo a los laodicenses, y otra a los alejandrinos, ambas falsificadas según la herejía de Marción, y muchas otras cosas que no pueden ser recibidas en la iglesia católica, ya que no es apropiado que el veneno se mezcle con la miel.
Pero la carta de Judas y las dos escritas con el nombre de Juan han sido aceptadas en la Iglesia Católica; la Sabiduría también, escrita por los amigos de Salomón en su honor. El Apocalípsis de Juan también recibimos, y el de Pedro, el cual algunos de los nuestros no permiten ser leído en la iglesia. Pero el Pastor fue escrito por Hermas en la ciudad de Roma bastante recientemente, en nuestros propios días, cuando su hermano Pío ocupaba la silla del obispo en la iglesia de la ciudad de Roma; por lo tanto sí puede ser leído, pero no puede ser dado a la gente en la iglesia, ni entre los profetas, ya que su número es completo, ni entre los apóstoles al final de los tiempos.
Pero no recibimos ninguno de los escritos de Arsino o Valentino o Miltiado en absoluto. También han compuesto un libro de salmos para Marción [éstos rechazados] junto con Basildo y el fundador asiático de los Catafrigios.
PAX ET BONUM
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El canon de Muratori o fragmento de Muratori es el escrito más antiguo de la Biblia que existe y contiene con gran aproximación casi todos los libros del Nuevo Testamento como hoy los conocemos, y es citado por muchos grupos sectarios como Testigos de Jehová y “cristianos evangélicos, para demostrar según ellos, que la Iglesia Católica no definió el canon de los libros inspirados de la Biblia en el sínodo de Roma en 382, bajo la autoridad del Papa Dámaso I y los concilios de Hipona y Cartago de los años 393 y 397.
Para apoyar la inverosímil afirmación de que el canon de la Biblia se formó solo, citan el famoso canon de Muratori, que es mucho más antiguo que los concilios de Hipona y Cartago, pues el fragmento de Muratori está fechado hacia el año 170 después de Cristo. Descubierto por el sacerdote jesuita, Ludovico Antonio Muratori, en la Biblioteca Ambrosiana en el año de 1740.
Ludovico Antonio Muratori, fue un erudito y sacerdote jesuita nacido en 1672. Graduado en letras, filosofía y derecho, es creador del método histórico moderno y se caracterizó por su insaciable hambre de conocimiento, muriendo en el año de 1750 a los 77 años de edad.
Lo que “se les olvida” decir a estos grupos sectarios, ya sea por ignorancia o mintiendo deliberadamente, es que: EL CANON DE MURATORI ES UN ESCRITO CATÓLICO, que menciona varias veces a la Iglesia Católica y al Papa Pío I, que fue Obispo de Roma del año 140 al 155. También menciona dos libros Deuterocanónicos, uno del Nuevo Testamento, "Judas" y “Sabiduría” del Antiguo, con la observación de que es aceptado por la Iglesia Católica, lo que demuestra que los libros Deuterocanónicos del Antiguo Testamento, que los protestantes equivocadamente y con malicia llaman “apócrifos” siempre fueron aceptados en el canon de la Biblia, siendo falso que fueron agregados después.
Presentamos a continuación la introducción y descripción que el fragmento muratoriano hace de los libros que contiene, pues por encontrarse incompleto comienza con el Evangelio de Lucas, de lo que se deduce que faltan los de Mateo y Marcos.
EL TEXTO DEL CANON MURATORI
El tercer libro del evangelio según Lucas.
Después de la ascensión de Cristo, Lucas el médico, al cual Pablo había llevado consigo como experto jurídico, escribió en su propio nombre concordando con la opinión de Pablo. Sin embargo, él mismo nunca vio al Señor en la carne y, por lo tanto, según pudo seguir…, empezó a contarlo desde el nacimiento de Juan.
El cuarto evangelio es de Juan, uno de los discípulos.
Cuando sus co-discípulos y obispos le animaron, dijo Juan, “Ayunad junto conmigo durante tres días a partir de hoy, y, lo que nos fuera revelado, contémoslo el uno al otro”. Esta misma noche le fue revelado a Andrés, uno de los apóstoles, que Juan debería escribir todo en nombre propio, y que ellos deberían revisárselo. Por lo tanto, aunque se enseñan comienzos distintos para los varios libros del evangelio, no hace diferencia para la fe de los creyentes, ya que en cada uno de ellos todo ha sido declarado por un solo Espíritu, referente a su natividad, pasión, y resurrección, su asociación con sus discípulos, su doble advenimiento, su primero en humildad, cuando fue despreciado, el cual ya pasó; su segundo en poder real, su vuelta. No es de extrañar, por lo tanto, que Juan presentara de forma tan constante los detalles por separado en sus cartas también, diciendo de sí mismo: “Lo que hemos visto con nuestros ojos y oído con nuestros oídos y hemos tocado con nuestras manos, éstas cosas hemos escrito”. Porque de esta manera pretende ser no sólo un espectador sino uno que escuchó, y también uno que escribía de forma ordenada los hechos maravillosos acerca de nuestro Señor.
Los Hechos de todos los apóstoles han sido escritos en un libro.
Dirigiéndose al excelentísimo Teófilo, Lucas incluye una por una las cosas que fueron hechas delante de sus propios ojos, lo que él muestra claramente al omitir la pasión de Pedro, y también la salida de Pablo al partir de la Ciudad para España.
En cuanto a las cartas de Pablo, ellas mismas muestran a los que deseen entender desde qué lugar y con cuál fin fueron escritas. En primer lugar escribió a los Corintios prohibiendo divisiones y herejías; luego a los Gálatas prohibiendo la circuncisión; a los Romanos escribió extensamente acerca del orden de las escrituras y también insistiendo en que Cristo fuese el tema central de éstas.
Nos es necesario dar un informe bien argumentado de todos éstos ya que el bendito apóstol Pablo mismo, siguiendo el orden de su predecesor Juan, pero sin nombrarle, escribe a siete iglesias en el siguiente orden: primero a los Corintios, segundo a los Efesios, en tercer lugar a los Filipenses, en cuarto lugar a los Colosenses, en quinto lugar a los Gálatas, en sexto lugar a los Tesalonicenses, y en séptimo lugar a los Romanos. Sin embargo, aunque el mensaje se repita a los Corintios y los Tesalonicenses para su reprobación, se reconoce a una iglesia como difundida a través del mundo entero. Porque también Juan, aunque escribe a siete iglesias en el Apocalipsis, sin embargo escribe a todas. Además, Pablo escribe una carta a Filemón, una a Tito, dos a Timoteo, en amor y afecto; pero han sido santificadas para el honor de la iglesia católica en la regulación de la disciplina eclesiástica.
Se dice que existe otra carta en nombre de Pablo a los laodicenses, y otra a los alejandrinos, ambas falsificadas según la herejía de Marción, y muchas otras cosas que no pueden ser recibidas en la iglesia católica, ya que no es apropiado que el veneno se mezcle con la miel.
Pero la carta de Judas y las dos escritas con el nombre de Juan han sido aceptadas en la Iglesia Católica; la Sabiduría también, escrita por los amigos de Salomón en su honor. El Apocalípsis de Juan también recibimos, y el de Pedro, el cual algunos de los nuestros no permiten ser leído en la iglesia. Pero el Pastor fue escrito por Hermas en la ciudad de Roma bastante recientemente, en nuestros propios días, cuando su hermano Pío ocupaba la silla del obispo en la iglesia de la ciudad de Roma; por lo tanto sí puede ser leído, pero no puede ser dado a la gente en la iglesia, ni entre los profetas, ya que su número es completo, ni entre los apóstoles al final de los tiempos.
Pero no recibimos ninguno de los escritos de Arsino o Valentino o Miltiado en absoluto. También han compuesto un libro de salmos para Marción [éstos rechazados] junto con Basildo y el fundador asiático de los Catafrigios.
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