¿QUÉ ES EL PECADO ORIGINAL? ¿POR QUÉ BAUTIZAMOS A LOS NIÑOS?
Por Jesús Mondragón
El dogma del pecado original es sin duda uno de los más cuestionados por los protestantes y grupos sectarios como los testigos de Jehová y otros. Es también de los más incomprendidos, incluso por buen número de católicos.
Comencemos diciendo que a la luz de la revelación de Dios y el entendimiento humano, el "pecado original" es un misterio que no nos es del todo comprensible, como la Trinidad de Dios, la encarnación del Verbo; incomprensible en muchos sentidos es cierto, pero no por ello deja de ser verdad.
EN PECADO SOMOS CONCEBIDOS, TODOS NACEMOS EN PECADO
La Sagrada Escritura nos lo manifiesta en diversos lugares y épocas, siendo la explicación del pecado original cada vez un poco más clara.
Génesis 8,21
Salmos 51,7
Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.
Job 15:14-15
¿Cómo puede ser puro un hombre? ¿Cómo ser justo el nacido de mujer?
Si ni en sus santos tiene Dios confianza, y ni los cielos son puros a sus ojos.
Job 25:4
¿Cómo un hombre será justo ante Dios? ¿Cómo puro el nacido de mujer?
Isaías 48:8
Ni las oíste ni las hiciste ni de antemano te fue abierto el oído, pues sé muy bien que tú eres pérfido y se te llama rebelde desde el seno materno.
¿EN QUÉ CONSISTE EL PECADO ORIGINAL?
Deuteronomio 24,16
No morirán los padres por culpa de los hijos ni los hijos por culpa de los padres. Cada cual morirá por su propio pecado.
¿Cómo conciliar ésta afirmación con el resto de la Escritura y con el dogma del pecado original?
La mejor forma de comprender esto, es comenzando por explicar lo que el pecado original no es. El pecado original no es un pecado cometido, sino asumido, no significa que se nace con pecado, sino en pecado, es más bien un estado, no algo que se tiene, sino algo que nos hace falta al nacer.
Un bebé por ejemplo, no tiene pecado propio que él haya cometido, sino que a nacido sin algo, ¿Qué es ese algo que nos hace falta al nacer? El Apóstol San Pablo nos lo explica.
Romanos 3,21-23
Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y los profetas, justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen - pues no hay diferencia alguna; TODOS PECARON Y ESTÁN PRIVADOS DE LA GLORIA DE DIOS-.
A ese nacer privados de la gloria, de la gracia santificante de Dios que poseían Adán y Eva, y que perdieron con la primera transgresión, se le llama "pecado original", que como ya explicamos, no es un pecado propio, pues un bebé por ejemplo, no puede pecar por sí mismo, ese recién nacido no es culpable directamente del pecado de Adán, pero a causa de eso, todos fuimos privados de la gracia de Dios.
Romanos 5,14
Con todo, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron con una transgresión semejante a la de Adán...
Tal vez parezca injusto que por el pecado cometido por uno sólo, todos nacemos privados de la gracia. Pero podemos explicarlo de esta manera: Adán nació siendo rico por la gracia de Dios, pero a causa de sus malas decisiones, él perdió la fortuna que debía heredar a sus hijos y descendientes, es decir, toda la raza humana, y no teniendo Adán nada que heredar, esa es la causa por la que todos nacemos en la miseria, sin riqueza y sin gracia alguna, es decir, en pecado original.
Romanos 5,12
Por tanto, como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
JESUCRISTO VINO A SANTIFICARNOS DEVOLVIÉNDONOS LA GRACIA
Romanos 5,18-19
Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura toda la justificación que da la vida.
En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos.
MEDIANTE LA GRACIA SE BORRAN LOS PECADOS
Efesios 1,6-7
Para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado.
En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia.
Ese perdón, ese hacernos santos, el limpiarnos de toda mancha de pecado, se consigue mediante el bautismo, que nos borra toda mancha y nos unge con la gracia del Espíritu Santo.
Efesios 5,25-27
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
I Pedro 3,21
a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo.
Este limpiarnos de toda mancha de pecado y concedernos el don del Espíritu Santo, ya había sido profetizado por el profeta Joel, quien manda reunir al pueblo para que escuchen las promesas de Dios para el futuro y en esas promesas se incluye también a los niños.
Joel 2,15-16
¡Tocad el cuerno en Sión, promulgad un ayuno, llamad a consejo, congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo.
Joel 3,1-2
Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Dicha promesa fue cumplida por el día de Pentecostés, cuando Dios derramó su Espíritu al bautizar (sin agua por cierto) a su naciente Iglesia. El Apóstol San Pedro nos recuerda que tal promesa del perdón de los pecados y el Espíritu Santo es también para nuestros hijos, es decir, niños.
Hechos 2,38-40
Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo; PUES LA PROMESA ES PARA VOSOTROS Y PARA VUESTROS HIJOS, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.»
Con otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba: «Salvaos de esta generación perversa.»
Pero un niño no puede convertirse y no ha cometido pecados, ¿Por qué bautizarlos entonces?
Como hemos visto, el bautismo es para arrepentimiento y conversión, para el perdón de los pecados y para recibir el Espíritu Santo. Jesucristo no tenía pecados, ni necesitaba conversión pues no tenía de qué arrepentirse, pero sí recibió el Espíritu Santo.
Mateo 3,16-17
Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él.
Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.»
Un bebé recién nacido no tiene pecados propios, no tiene necesidad de arrepentimiento ni de conversión, pero sí tiene el pecado de origen, porque ha nacido privado de la gracia, necesita por tanto de la gracia de Dios y recibir el Espíritu Santo. Ha nacido en la carne, ahora necesita nacer del agua y del Espíritu.
Juan 3,5-7
Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto.
La redención universal es una doctrina aceptada aún por los protestantes, todo ser humano necesita la redención de Cristo, ¿O a caso los niños no? Ya no sería entonces redención universal. Por eso Jesucristo ordenó:
Mateo 28,19-20
Id, pues, y haced discípulos A TODAS LAS GENTES BAUTIZÁNDOLAS en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
¿Quién eres tú, para decir que los niños no?
Mateo 19,14
Mas Jesús les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos.»
El pecado original es una enseñanza bíblica, el perdón de los pecados y el nacer del agua en el Espíritu Santo por medio del Bautismo también lo es, de igual forma el bautismo de niños. Lo que otros opinen, no son más que mandatos de hombres.
PAX ET BONUM
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El dogma del pecado original es sin duda uno de los más cuestionados por los protestantes y grupos sectarios como los testigos de Jehová y otros. Es también de los más incomprendidos, incluso por buen número de católicos.
Comencemos diciendo que a la luz de la revelación de Dios y el entendimiento humano, el "pecado original" es un misterio que no nos es del todo comprensible, como la Trinidad de Dios, la encarnación del Verbo; incomprensible en muchos sentidos es cierto, pero no por ello deja de ser verdad.
EN PECADO SOMOS CONCEBIDOS, TODOS NACEMOS EN PECADO
La Sagrada Escritura nos lo manifiesta en diversos lugares y épocas, siendo la explicación del pecado original cada vez un poco más clara.
Génesis 8,21
Al aspirar Yahveh el calmante aroma, dijo en su corazón: «Nunca más volveré al maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del corazón humano son malas desde su niñez, ni volveré a herir a todo ser viviente como lo he hecho.
Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.
Job 15:14-15
¿Cómo puede ser puro un hombre? ¿Cómo ser justo el nacido de mujer?
Si ni en sus santos tiene Dios confianza, y ni los cielos son puros a sus ojos.
Job 25:4
¿Cómo un hombre será justo ante Dios? ¿Cómo puro el nacido de mujer?
Isaías 48:8
Ni las oíste ni las hiciste ni de antemano te fue abierto el oído, pues sé muy bien que tú eres pérfido y se te llama rebelde desde el seno materno.
¿EN QUÉ CONSISTE EL PECADO ORIGINAL?
Deuteronomio 24,16
No morirán los padres por culpa de los hijos ni los hijos por culpa de los padres. Cada cual morirá por su propio pecado.
¿Cómo conciliar ésta afirmación con el resto de la Escritura y con el dogma del pecado original?
La mejor forma de comprender esto, es comenzando por explicar lo que el pecado original no es. El pecado original no es un pecado cometido, sino asumido, no significa que se nace con pecado, sino en pecado, es más bien un estado, no algo que se tiene, sino algo que nos hace falta al nacer.
Un bebé por ejemplo, no tiene pecado propio que él haya cometido, sino que a nacido sin algo, ¿Qué es ese algo que nos hace falta al nacer? El Apóstol San Pablo nos lo explica.
Romanos 3,21-23
Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y los profetas, justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen - pues no hay diferencia alguna; TODOS PECARON Y ESTÁN PRIVADOS DE LA GLORIA DE DIOS-.
A ese nacer privados de la gloria, de la gracia santificante de Dios que poseían Adán y Eva, y que perdieron con la primera transgresión, se le llama "pecado original", que como ya explicamos, no es un pecado propio, pues un bebé por ejemplo, no puede pecar por sí mismo, ese recién nacido no es culpable directamente del pecado de Adán, pero a causa de eso, todos fuimos privados de la gracia de Dios.
Romanos 5,14
Con todo, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron con una transgresión semejante a la de Adán...
Tal vez parezca injusto que por el pecado cometido por uno sólo, todos nacemos privados de la gracia. Pero podemos explicarlo de esta manera: Adán nació siendo rico por la gracia de Dios, pero a causa de sus malas decisiones, él perdió la fortuna que debía heredar a sus hijos y descendientes, es decir, toda la raza humana, y no teniendo Adán nada que heredar, esa es la causa por la que todos nacemos en la miseria, sin riqueza y sin gracia alguna, es decir, en pecado original.
Romanos 5,12
Por tanto, como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
JESUCRISTO VINO A SANTIFICARNOS DEVOLVIÉNDONOS LA GRACIA
Romanos 5,18-19
Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura toda la justificación que da la vida.
En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos.
MEDIANTE LA GRACIA SE BORRAN LOS PECADOS
Efesios 1,6-7
Para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado.
En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia.
Ese perdón, ese hacernos santos, el limpiarnos de toda mancha de pecado, se consigue mediante el bautismo, que nos borra toda mancha y nos unge con la gracia del Espíritu Santo.
Efesios 5,25-27
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.
I Pedro 3,21
a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo.
Este limpiarnos de toda mancha de pecado y concedernos el don del Espíritu Santo, ya había sido profetizado por el profeta Joel, quien manda reunir al pueblo para que escuchen las promesas de Dios para el futuro y en esas promesas se incluye también a los niños.
Joel 2,15-16
¡Tocad el cuerno en Sión, promulgad un ayuno, llamad a consejo, congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo.
Joel 3,1-2
Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Dicha promesa fue cumplida por el día de Pentecostés, cuando Dios derramó su Espíritu al bautizar (sin agua por cierto) a su naciente Iglesia. El Apóstol San Pedro nos recuerda que tal promesa del perdón de los pecados y el Espíritu Santo es también para nuestros hijos, es decir, niños.
Hechos 2,38-40
Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo; PUES LA PROMESA ES PARA VOSOTROS Y PARA VUESTROS HIJOS, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.»
Con otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba: «Salvaos de esta generación perversa.»
Pero un niño no puede convertirse y no ha cometido pecados, ¿Por qué bautizarlos entonces?
Como hemos visto, el bautismo es para arrepentimiento y conversión, para el perdón de los pecados y para recibir el Espíritu Santo. Jesucristo no tenía pecados, ni necesitaba conversión pues no tenía de qué arrepentirse, pero sí recibió el Espíritu Santo.
Mateo 3,16-17
Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él.
Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.»
Un bebé recién nacido no tiene pecados propios, no tiene necesidad de arrepentimiento ni de conversión, pero sí tiene el pecado de origen, porque ha nacido privado de la gracia, necesita por tanto de la gracia de Dios y recibir el Espíritu Santo. Ha nacido en la carne, ahora necesita nacer del agua y del Espíritu.
Juan 3,5-7
Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto.
La redención universal es una doctrina aceptada aún por los protestantes, todo ser humano necesita la redención de Cristo, ¿O a caso los niños no? Ya no sería entonces redención universal. Por eso Jesucristo ordenó:
Mateo 28,19-20
Id, pues, y haced discípulos A TODAS LAS GENTES BAUTIZÁNDOLAS en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
¿Quién eres tú, para decir que los niños no?
Mateo 19,14
Mas Jesús les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos.»
El pecado original es una enseñanza bíblica, el perdón de los pecados y el nacer del agua en el Espíritu Santo por medio del Bautismo también lo es, de igual forma el bautismo de niños. Lo que otros opinen, no son más que mandatos de hombres.
PAX ET BONUM
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CATHOLIC MAGAZINE depende del apoyo de lectores como tú para seguir defendiendo nuestra fe Católica, la cultura de la vida, la familia y la libertad de fe. AGRADECEMOS SU DONATIVO, DIOS LE BENDIGA
GRACIAS MIL
NOTA IMPORTANTE: La publicidad que aparece en este portal es gestionada por Google y varía en función del país, idioma e intereses y puede relacionarse con la navegación que ha tenido el usuario en sus últimos días.
Nuestros artículos están hechos para la evangelización y difusión de la verdadera fe católica y pueden ser, usados, compartidos o publicados libremente en distintas páginas o foros, sin fines de lucro, siempre que se haga mención del autor del artículo, los créditos debidos y el nombre de ésta página, CATHOLIC MAGAZINE.
Buenas, hablando con un hermano protestante, despues de mostrarle para que es el bautismo en niños, como siempre buscan nunca dar la razon, y alegó que Salmos 51,7
ResponderBorrarMira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre. Eso no es el pecado de todos, que se refiere solo al pecado de David, pues alega que David fue concebido en ADULTERIO, y que a ese pecado se refiere.... como rebatir eso?