El presidente del Comité de Doctrina y el presidente del Comité de Actividades Pro Vida del episcopado americano, han hecho una advertencia moral sobre el uso de la Vacuna de Johnson & Johnson contra el Covid-19.
“La aprobación de la vacuna de Johnson & Johnson contra el COVID-19 para su uso en Estados Unidos vuelve a plantear interrogantes sobre la permisibilidad moral del uso de vacunas desarrolladas, probadas y/o producidas con la ayuda de líneas celulares derivadas del aborto”, expresan los obispos.
Recuerdan que “las vacunas de Pfizer y Moderna generaron preocupación debido a que se utilizó una línea celular derivada del aborto para probarlas, aunque no en su producción”.
No obstante “la vacuna de Johnson & Johnson se desarrolló, probó y se produce con líneas celulares derivadas del aborto, lo que genera preocupaciones morales adicionales”, y por ello “si se puede elegir entre vacunas contra el COVID-19 igualmente seguras y efectivas, se debe elegir la vacuna con la menor conexión con las líneas celulares derivadas del aborto. Por lo tanto, si la persona tiene la capacidad de elegir una vacuna, se debe elegir entre las vacunas creadas por Pfizer o Moderna, en vez de la producida por Johnson & Johnson”, explican los obispos de EEUU.
Un tema de conciencia individual
En declaración también sobre la vacuna de Johnson & Johnson, el Arzobispado de Nueva Orleans declaraba – en comunión con la Congregación de la Doctrina de la Fe – que si no había otra posibilidad, era “moralmente aceptable recibir vacunas Covid 19 que hubiesen usado líneas celulares de fetos abortados en su investigación y proceso de producción”, pero que la decisión de recibir una vacuna contra el Covid 19 era un asunto que “permanece en la conciencia individual de cada uno en consulta con el propio proveedor de salud”.
No les dieron su mochada, por eso lo publicaron
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