viernes, 20 de marzo de 2020

¿Es Bíblico el adviento?



¿ES BÍBLICO EL ADVIENTO?
Por: Jesús Manuel Urones

Es verdad que Escritura no tiene la palabra Adviento, pero eso no justifica afirmar que este periodo de tiempo no tenga soporte bíblico

1.- INTRODUCCIÓN:

Hemos empezado una de las etapas del año litúrgico más hermosas, “ El Adviento”, en esta etapa debemos preparar nuestro corazón y nuestra mente para la venida del Señor, en estas NAVIDADES. Las Navidades no son fiestas de consumo y gastos, sino son tiempo en el que debemos vivir humilde y sencillos pues el Rey de Reyes nació en un pesebre, es por eso que este adviento tiene que ayudarnos a despegarnos de lo material para hacernos más espirituales y que así vivamos la NAVIDAD de manera más espiritual, pues debemos recordar la Escritura:

Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón. Mateo 6:21

¿Cuál es tu tesoro?
Esta pregunta nos la deberíamos hacer todos, y seguramente la respuesta sería en diferentes cosas, ninguna de ellas espiritual sino material: Dinero, familia, bienes, casas etc . Sin embargo, nuestro tesoro debe ser nuestra fe en Cristo, teniendo de tesoro cosas materiales, estamos caminando en tinieblas....pero ahora nos advierten de que una gran luz esta a punto de nacer, por lo que esta luz debe iluminarnos a seguir el camino correcto, así que pueblo de Dios, prepara tu corazón para recibir la LUZ DEL MUNDO.

El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Isaías 9:1

¿Y vosotros queréis ver esta luz?....entonces debemos prepararnos para ello, porque no todos pueden ver esta luz, algunos están ciegos, ya lo dice la Escritura:

Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Juan 1:11

¿Cuántos conoces que no quieran recibir esa luz?... Pues esa es nuestra función que todos reciban la luz, y no existan ciegos en el mundo, pero para recibir esa luz, en este tiempo litúrgico debemos preparar nuestro corazón, esta es la finalidad de este artículo dar las bases de este tiempo litúrgico, su importancia y dar unos consejos para prepararnos para recibir a Cristo.


2.- FUNDAMENTO BIBLICO DEL ADVIENTO:

El Adviento es un tiempo litúrgico que comienza en el Domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de Noviembre) y abarca cuatro Domingos. El primer Domingo puede adelantarse hasta el 27 de Noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, teniendo solo veintiún días.

El "Adviento" tiene TRES fundamentos:

RECORDAR EL PASADO: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. Su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza MATERIAL./ Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres.

VIVIR EL PRESENTE: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la JUSTICIA y en el AMOR.

PREPARAR EL FUTURO: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Cristo en la "majestad de su gloria", dándole un sentido VIVENCIAL a la FE y ESPERANZA CRISTIANA.

Son cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:

I Domingo

La vigilancia en espera de la venida del Señor. Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento". Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿Qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

II Domingo
 
La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.

Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.

III Domingo

El testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo. Coincide este domingo con la celebración de la Virgen de Guadalupe, y precisamente la liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.

Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento, meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de las tradicionales posadas, que inician el próximo día 16. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la Corona de Adviento.

IV Domingo
 
El anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María. Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

Todo esto esta muy bien, pero ¿Qué dice la Escritura sobre el Adviento?...porque quizás alguien que me este leyendo se este preguntando ¿y bueno todo eso para que sirve si la Escritura no nos enseña nada sobre el Adviento?...Es cierto en la Escritura no viene la palabra Adviento, sin embargo eso no justifica que este periodo de tiempo no tenga soporte bíblico, y este es un tema al que debe enfrentarse todo católico ¿Podemos dar soporte bíblico de alguna forma a este tiempo?....La doctrina católica es perfecta, libre de error, y como toda nuestra teología y doctrina tiene un fundamento bíblico, esto no podría ser menos, veámoslo:

2.1.-TIEMPOS SAGRADOS EN LA ESCRITURA:

El apóstol San Pablo nos habla sobre elegir unos días mejor que otros:

Unos tienen preferencia por algunos días, mientras que para otros, todos los días son iguales. Que cada uno se atenga a su propio juicio.

El que distingue un día de otro lo hace en honor del Señor; y el que come, también lo hace en honor del Señor, puesto que da gracias a Dios; del mismo modo, el que se abstiene lo hace en honor del Señor, y también da gracias a Dios. Romanos 14:5-6

San Pablo en estos versículos nos enseña que él ve bien que algunas personas tengan preferencias por algunos días y otras por otros, o sea que eso no es algo malo. El distinguir un día de otro es bueno si se hace en honor al Señor. Pues bien la festividad del Adviento es Cristocéntrica, pues Cristo es el centro de este tiempo litúrgico...por lo tanto ¿No justifica ya esto el poder tener unos días especiales en honor al Señor?

Pero además encontramos en la Escritura más casos de tiempos que eran sagrados para el Pueblo de Dios:

El Señor dijo a Moisés:
Habla en estos términos a los israelitas: El primer día del séptimo mes será para ustedes un día de descanso, una conmemoración anunciada con toque de trompetas, y habrá una asamblea litúrgica.
No harán ningún trabajo servil y presentarás una ofrenda que se quema en homenaje al Señor.

El Día de la Expiación
El Señor dijo a Moisés:
Además, el décimo día de ese séptimo mes, será el día de la Expiación. Habrá una asamblea litúrgica, observarán el ayuno y presentarán una ofrenda que se quema para el Señor.
En el transcurso de todo ese día no harán ningún trabajo, porque es el día de la Expiación, en que se practicará el rito de expiación en favor de ustedes, delante del Señor, su Dios.
El que no observe el ayuno a lo largo de ese día, será excluido de su pueblo.
Y yo haré desaparecer de su pueblo al que realice cualquier clase de trabajo.
Ustedes no harán ningún trabajo. Es un decreto válido para siempre, a lo largo de las generaciones, cualquiera sea el lugar donde habiten.


Este será para ustedes un día de descanso, en el que observarán el ayuno, El noveno día del mes por la tarde, desde esa tarde hasta la siguiente, observarán este descanso.
La Fiesta de las Chozas
El Señor dijo a Moisés:
Habla en estos términos a los israelitas: Además, el día quince de este séptimo mes se celebrará la fiesta de las Chozas en honor del Señor, durante siete días.
El primer día habrá una asamblea litúrgica, y ustedes no harán ningún trabajo servil.
Durante siete días presentarán una ofrenda que se quema para el Señor. Al octavo día, celebrarán una asamblea litúrgica y presentarán una ofrenda que se quema para el Señor: es una asamblea solemne y ustedes no harán ningún trabajo.
Estas son las fiestas del Señor, en las que ustedes convocarán las asambleas litúrgicas y presentarán ofrendas que se queman para el Señor -holocaustos, oblaciones, sacrificios y libaciones, según corresponda a cada día-.
Levítico 23:23-37

Ya el pueblo de Dios tenía fiestas y días especiales en honor a su Dios. ¿Por qué el Nuevo pueblo de Dios no puede tener días en honor a Cristo?

Los sacrificios para la Fiesta de los Ácimos
El día catorce del primer mes será la Pascua del Señor,
y el quince de ese mismo mes será un día de fiesta. Durante siete días comerán panes ácimos.
El primer día habrá una asamblea litúrgica y no harán trabajos de ninguna clase.
Además presentarán, como ofrenda que se quema en holocausto al Señor, dos novillos, un carnero y siete corderos de un año y sin defecto.
Con ellos presentarán, como oblación por el novillo, tres décimas partes de una medida de harina de la mejor calidad, amasada con aceite; dos décimas partes por el carnero.
Números 28:16-20
Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote escriba, y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: «Este es un día consagrado al Señor, su Dios: no estén tristes ni lloren». Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley.
Después añadió: «Ya pueden retirarse; coman bien, beban un buen vino y manden una porción al que no tiene nada preparado, porque este es un día consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría en el Señor es la fortaleza de ustedes». Nehemias 8:9-10

Vemos como el Pueblo de Dios del AT tenía días consagrados a Yahvé y en esos días se recomendaba comer bien y al que nada había preparado darle una porción de alimentos, y todos tenían que estar felices. ¿Acaso esto no es lo que hacemos en Navidad y Adviento? Acaso no estamos felices porque el Señor va a venir, y a los que nada tienen les ayudamos? ….dicen en Navidad el corazón de la gente se ablanda, es por eso este texto de Nehemías es un reflejo de lo que para nosotros es el Adviento y la Navidad.

2.2-PREPARARSE PARA FIESTAS ,ACONTECIMIENTOS Y DIAS CONSAGRADOS A DIOS:

En la escritura encontramos diferentes citas que nos hablan de que el Pueblo se PREPARABA para fiestas sagradas y para los días Santos, esto es básicamente lo que hacemos en el Adviento, prepararnos para recibir al Señor:

Después prepararon la Pascua para sí y los sacerdotes, porque los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en ofrecer holocaustos y grasas. Por eso los levitas la prepararon para sí y para los sacerdotes, hijos de Aarón. 2Cronicas 35:14

Y en el NT encontramos como los discípulos de Jesús también se preparan para días santos:

Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. Mateo 26:19

La preparación para recibir a Jesús es tan importante que hasta en el NT se nos dice que Dios manda al pueblo un mensajero para que el pueblo se PREPARE:

Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: "Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.
Marcos 1:2
¿Si el pueblo de Dios tubo prepararse para recibir a Cristo, porque nosotros no hemos de hacer lo mismo?
Podemos decir sin temor a equivocarnos, que en Marcos 1:2 se anuncia el primer ADVIENTO, la primera preparación que la Iglesia tiene que hacer para recibir a Cristo.

Recordemos que el profeta Isaías ya predijo que vendría Cristo y también enseñó al pueblo de Dios como debía prepararse para este acontecimiento:

"Decid a los cobardes de corazón: ¡Sed fuertes, no temáis! Mirad a nuestro Dios que va a venir a salvarnos" Is 35: 4.

Esta invitación se hace cada vez más apremiante a medida que se acerca la Navidad, enriqueciéndose con la exhortación a preparar el corazón para acoger al Mesías.

Con todo esto comprobamos que el dedicar tiempo a prepararnos para recibir a Cristo era algo normal en los relatos bíblicos, es más incluso hemos visto como el pueblo de Dios tenía sus fiestas y días santos.

2.3.-TAMBIEN EN EL NT TENEMOS DIAS SANTOS:

Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta.
Juan 4:45
Después de esto, Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo.
Se acercaba la fiesta judía de las Chozas,
Juan 7:1-2
Estaba cerca la fiesta de los Azimos, llamada Pascua.
Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban la manera de eliminar a Jesús, porque tenían medio del pueblo.
Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era uno de los Doce.
Este fue a tratar con los sumos sacerdotes y los jefes de la guardia sobre el modo de entregárselo.
Ellos se alegraron y convinieron en darle dinero.
Judas aceptó y buscaba una ocasión propicia para entregarlo sin que se enterara el pueblo.
Llegó el día de los Azimos, en el que se debía inmolar la víctima pascual.
Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: «Vayan a prepararnos lo necesario para la comida pascual».
Ellos le preguntaron: «¿Dónde quieres que la preparemos?».
Jesús les respondió: «Al entrar en la ciudad encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa donde entre,
y digan a su dueño: El Maestro manda preguntarte: "¿Dónde está la sala en que podré comer la Pascua con mis discípulos?".
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones: preparen allí lo necesario».
Los discípulos partieron, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:
«He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión,
Lucas 22:1-15

El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?».
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo,
y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: «¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?».
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario».
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Marcos 14:12-16

La Última Cena fue una ceremonia de la Pascua. Por lo tanto, la evidencia explícita del Antiguo Testamento para los días santos fue trasladado a la Nueva Alianza, con la autorización expresa (por su propia práctica) de nuestro Señor Jesucristo y San Pablo.

3.-HISTORIA DEL ADVIENTO:

La palabra Adviento proviene del latín "Adventus" que significa la venida. En un principio con este término se denominaba al tiempo de la preparación para la segunda venida de Cristo o parusía y no el nacimiento de Jesús como ahora lo conocemos. Haciendo referencia a este tiempo la primitiva Iglesia meditaba sobre los pasajes evangélicos que hablan del fin del mundo, el juicio final y la invitación de San Juan Bautista al arrepentimiento y la penitencia para estar preparados.

No se sabe desde cuando se comienza a celebrar. En los antiguos leccionarios de Capua y Wursemburgo hacen referencia al Adventu Domini. En los leccionarios gregoriano y gelasiano se encuentran algunas plegarias con el título de Orationes de Adventu. Más tarde comienzan a aparecer las domínicas ante Adventum Domini, en las cuales al término adventus se le asocia con la preparación a la Navidad .

A pesar de que esta temporada es muy peculiar en las Iglesias de Occidente, su impulso original probablemente vino de las Iglesias Orientales, donde era común, después del Concilio ecuménico de Efeso en 431, dedicar sermones en los domingos previos a la Navidad al tema de la Anunciación. En Ravena Italia - un canal de influencia oriental a la iglesia de Occidente - San Pedro Crisóstomo (muerto en 450) daba estos homilías o sermones.

La primera referencia que se tiene a esta temporada es cuando el obispo Perpetuo de Tours (461-490) estableció un ayuno antes de Navidad que comenzaba el 11 de Noviembre (Día de San Martín). El Concilio de Tours (567) hace mención a la temporada de Adviento. Esta costumbre, .a la cuál se le conocía como la Cuaresma de San Martín, se extendió por varias iglesias de Francia por el Concilio de Macon en 581.

Existen algunas homilías, probablemente la mayor parte de San Cesáreo, Obispo de Arlés (502-542), en las que encontramos mención de una preparación antes de la Navidad; todavía, a juzgar por el contexto, no parece que exista ninguna ley general sobre la materia.

Un sínodo desarrollado (581) en Mâcon, en la Galia, en su canon noveno ordena que desde el once de Noviembre hasta la Navidad el Sacrificio sea ofrecido de acuerdo al rito Cuaresmal los Lunes, Miércoles, y Viernes de la semana. El Sacramentario Gelasiano anota cinco domingos para el tiempo; estos cinco eran reducidos a cuatro por el Papa San Gregorio VII (1073-85). La colección de homilías de San Gregorio el Grande (590-604) empieza con un sermón para el segundo Domingo de Adviento. En el 650 el Adviento era celebrado en España con cinco Domingos. Varios sínodos hicieron cánones sobre los ayunos a observar durante este tiempo, algunos empezaban el once de Noviembre, otros el quince, y otros con el equinoccio de otoño.

En la Iglesia Griega no encontramos documentos sobre la observancia del Adviento hasta el siglo octavo. San Teodoro el Estudita (m. 826), que habló de las fiestas y ayunos celebrados comúnmente por los Griegos, no hace mención de este tiempo. En el siglo octavo encontramos que, desde el 15 Noviembre a la Navidad, es observado no como una celebración litúrgica, sino como un tiempo de ayuno y abstinencia que, de acuerdo a Goar, fue posteriormente reducido a siete días. Pero un concilio de los Rutenianos (1720) ordenaba el ayuno de acuerdo a la vieja regla desde el quince de Noviembre. Esta es la regla al menos para algunos de los Griegos. De manera similar, los ritos Ambrosiano y Mozárabe no tienen liturgia especial para el Adviento, sino sólo el ayuno.

4.-LA BIBLIA NOS AYUDA A VIVIR EL ADVIENTO:

Para las cuatro semanas que dura el adviento podemos encontrar consejos en la Escritura para saber como vivirlas:

I En la primera semana, nos ejercitamos para purificar nuestro cuerpo, en un lugar sereno para favorecer la espiritualidad.

"Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu." (Sal 51, 12)

Y es que el Señor no rechaza el corazón que se convierte honestamente:

"Mi espíritu quebrantado a Dios ofreceré, pues no desdeñas a un corazón contrito." (Sal 51, 19)

En fin, que esta temporada de adviento camino de la navidad, y la navidad misma, sean ocasión especial para que el Señor nos regale un corazón sensato:

"Enséñanos lo que valen nuestros días, para que adquiramos un corazón sensato." (Sal 90, 12)

"Les daré un corazón nuevo y pondré en su interior un espíritu nuevo. Quitaré de su carne su corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Así caminarán según mis mandamientos, observarán mis leyes y las pondrán en práctica; entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios." (Ez 11, 19-20)

II En la segunda semana, purificamos nuestros deseos.

Del maestro de coro. Poema de los hijos de Coré.
Como la cierva sedienta
busca las corrientes de agua,
así mi alma suspira
por ti, mi Dios.
Mi alma tiene sed de Dios,
del Dios viviente:
¿Cuándo iré a contemplar
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi único pan
de día y de noche,
mientras me preguntan sin cesar:
«Dónde está tu Dios?»
Al recordar el pasado,
me dejo llevar por la nostalgia:
¡cómo iba en medio de la multitud
y la guiaba hacia la Casa de Dios,
entre cantos de alegría y alabanza,
en el júbilo de la fiesta!
¿Por qué te deprimes, alma mía?
¿Por qué te inquietas?
Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias,
a él, que es mi salvador y mi Dios
Mi alma está deprimida:
por eso me acuerdo de ti,
desde la tierra del Jordán y el Hermón,
desde el monte Misar.
Un abismo llama a otro abismo,
con el estruendo de tus cataratas;
tus torrentes y tus olas
pasaron sobre mí.
De día, el Señor me dará su gracia;
y de noche, cantaré mi alabanza
al Dios de mi vida.
Diré a mi Dios:
«Mi Roca, ¿por qué me has olvidado?
¿Por qué tendré que estar triste,
oprimido por mi enemigo?».
Mis huesos se quebrantan
por la burla de mis adversarios;
mientras me preguntan sin cesar:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te deprimes, alma mía?
¿Por qué te inquietas?
Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias,
a él, que es mi salvador y mi Dios.
Salmo 42

III En la tercera semana, purificamos nuestras motivaciones.

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor.
1Cor 13

IV En la cuarta semana, purificamos nuestros pensamientos.
Así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé. Isaías 55:11

¡Feliz el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!
El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.
No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal.
Salmo 1
Con estas citas espero haber logrado ayudaros a vivir un adviento mucho más bíblico.
Dios les Bendiga.

Fuente católicodefiendetufe

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