LA PELÍCULA "EL SUSTITUTO", LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y LA HOMOFOBIA. UNA IMPOSICIÓN MUNDIAL
Por Jesús Mondragón (Saulo de Tarso)
La película "Changeling", titulada "El intercambio" en España y "El sustituto" en México, Argentina, Chile y Venezuela. Dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Angelina Jolie y John Malkovich, estrenada en 2008. Está basada en una historia real ocurrida en la década de 1920, los asesinatos del gallinero de Wineville, ocurridos en Los Ángeles, Estados Unidos, y que incluían la desaparición y el intercambio de niños.
La historia ambientada en Los Angeles en 1928 está basada en un hecho real y narra la historia de una madre soltera, Mrs. Christine Collins (Angelina Jolie), que trabaja como supervisora en una central telefónica.
El 10 de marzo de 1928 descubre que su hijo Walter Collins ha desaparecido de su casa mientras ella trabajaba. Ella llama a la policía y hace la denuncia.
Cinco meses después, la policía le entrega un niño, que al verlo inmediatamente se da cuenta de que no es su hijo. Aunque el niño se identifica como Walter Collins y la reconoce como su madre, ella lo niega. La mujer intenta hacer ver a la policía que ha cometido un error, pero el gobierno ha montado todo un arreglo con la prensa para demostrar todos sus logros, anula todos los argumentos de la madre convenciéndola a la fuerza de que el niño encontrado es su verdadero hijo. Para convencerla, intenta intimidarla aduciendo querer deslindar responsabilidades de madre y, bajo amenaza, la obliga a reconocer al muchacho.
El dentista del niño aporta pruebas científicas que avalan la correcta apreciación de la madre, pero el gobierno la envía a un manicomio declarándola una enferma mental.
No importaba el testimonio de la maestra, ni las pruebas científicas aportadas por el dentista, no importaba que la madre asegurara que ese no era su hijo. Era suficiente con que el niño sustituto se identificara como su hijo para que fuera verdad y si eso no bastaba, había que hacerlo ley, y si aún así no era suficiente, declarar loca a la madre y como una enferma mental enviarla al manicomio. La enferma era ella, no aquellos pocos que no aceptaban la verdad.
Eso es justamente lo que hoy en día pretenden hacer los gobiernos del mundo con la "ideología de género". Al imponer por ley y a la fuerza. Que aquellas pocas personas que no se aceptan a sí mismas con el sexo con el que han nacido, todos los demás sí deben aceptarlos con el sexo que deseen inventarse. Y no sólo aceptarlo, sino el estar total y plenamente convencidos de que esas personas son, lo que ellos aseguren ser.
La “Ideología de género” afirma que nadie nace siendo hombre o mujer, sino que nos obligan a serlo, educándonos para ser hombres o mujeres y que esto es ANTINATURAL.
De modo que, según la "ideología de género" lo natural es que cada uno debe elegir ser hombre o mujer o del sexo que cada quien desee. Sólo basta identificarse como tal.
De manera que los glúteos postizos los senos de silicón y las cirugías plásticas, eso ¡SÍ ES NATURAL!
Y a quien no acepte tales afirmaciones se le considerará un enfermero mental, que padece "Homofobia". Pero, ¿Qué es la homofobia? ¿Es realmente una enfermedad?
La "Homofobia" es un término peyorativo no-clínico, no-médico y no-científico, que no existía hasta hace algunos años, ampliamente utilizado por los grupos defensores de la “ideología de género”, la homosexualidad y demás organizaciones practicantes de la sodomía; para descalificar, desacreditar e insultar a todo aquel que no simpatice, no apruebe, cuestione o critique su estilo de vida, exigiendo tolerancia para sí mismos, al tiempo que practican la intolerancia para con todos los demás.
Un viejo adagio dice que la realidad supera a la ficción. La película "El sustituto" nos cuenta un caso verídico, insólito, que hoy pretende ser impuesto por unos cuántos al mundo entero.
Isaías 5,20
La historia ambientada en Los Angeles en 1928 está basada en un hecho real y narra la historia de una madre soltera, Mrs. Christine Collins (Angelina Jolie), que trabaja como supervisora en una central telefónica.
El 10 de marzo de 1928 descubre que su hijo Walter Collins ha desaparecido de su casa mientras ella trabajaba. Ella llama a la policía y hace la denuncia.
Cinco meses después, la policía le entrega un niño, que al verlo inmediatamente se da cuenta de que no es su hijo. Aunque el niño se identifica como Walter Collins y la reconoce como su madre, ella lo niega. La mujer intenta hacer ver a la policía que ha cometido un error, pero el gobierno ha montado todo un arreglo con la prensa para demostrar todos sus logros, anula todos los argumentos de la madre convenciéndola a la fuerza de que el niño encontrado es su verdadero hijo. Para convencerla, intenta intimidarla aduciendo querer deslindar responsabilidades de madre y, bajo amenaza, la obliga a reconocer al muchacho.
El dentista del niño aporta pruebas científicas que avalan la correcta apreciación de la madre, pero el gobierno la envía a un manicomio declarándola una enferma mental.
No importaba el testimonio de la maestra, ni las pruebas científicas aportadas por el dentista, no importaba que la madre asegurara que ese no era su hijo. Era suficiente con que el niño sustituto se identificara como su hijo para que fuera verdad y si eso no bastaba, había que hacerlo ley, y si aún así no era suficiente, declarar loca a la madre y como una enferma mental enviarla al manicomio. La enferma era ella, no aquellos pocos que no aceptaban la verdad.
Eso es justamente lo que hoy en día pretenden hacer los gobiernos del mundo con la "ideología de género". Al imponer por ley y a la fuerza. Que aquellas pocas personas que no se aceptan a sí mismas con el sexo con el que han nacido, todos los demás sí deben aceptarlos con el sexo que deseen inventarse. Y no sólo aceptarlo, sino el estar total y plenamente convencidos de que esas personas son, lo que ellos aseguren ser.
La “Ideología de género” afirma que nadie nace siendo hombre o mujer, sino que nos obligan a serlo, educándonos para ser hombres o mujeres y que esto es ANTINATURAL.
De modo que, según la "ideología de género" lo natural es que cada uno debe elegir ser hombre o mujer o del sexo que cada quien desee. Sólo basta identificarse como tal.
De manera que los glúteos postizos los senos de silicón y las cirugías plásticas, eso ¡SÍ ES NATURAL!
Y a quien no acepte tales afirmaciones se le considerará un enfermero mental, que padece "Homofobia". Pero, ¿Qué es la homofobia? ¿Es realmente una enfermedad?
La "Homofobia" es un término peyorativo no-clínico, no-médico y no-científico, que no existía hasta hace algunos años, ampliamente utilizado por los grupos defensores de la “ideología de género”, la homosexualidad y demás organizaciones practicantes de la sodomía; para descalificar, desacreditar e insultar a todo aquel que no simpatice, no apruebe, cuestione o critique su estilo de vida, exigiendo tolerancia para sí mismos, al tiempo que practican la intolerancia para con todos los demás.
Un viejo adagio dice que la realidad supera a la ficción. La película "El sustituto" nos cuenta un caso verídico, insólito, que hoy pretende ser impuesto por unos cuántos al mundo entero.
Isaías 5,20
¡Ay, de los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo!
EL AMOR A NUESTROS HERMANOS HOMOSEXUALES
Si bien es verdad que la práctica de la homosexualidad no es compatible con la fe católica, no debemos caer en el otro extremo, el de la condena, el rechazo y la discriminación en contra de nuestros hermanos. Bien sabido es que Dios aborrece el pecado, más no al pecador, de quien siempre se espera el regreso a casa. El Cristiano no debe ser condenador ni juez, sino predicador e instrumento de conversión. La misma doctrina oficial de la Iglesia Católica se opone al desprecio y a la discriminación injusta en contra de las personas homosexuales.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
Lucas 5,32
No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores.
Ezequiel 33,11
Diles: «Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta de su conducta y viva. Convertíos, convertíos de vuestra mala conducta. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?»
Fuente católicodefiendetufe
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