viernes, 14 de febrero de 2020

La Iglesia que estableció el Nuevo Testamento


LA IGLESIA QUE ESTABLECIÓ EL NUEVO TESTAMENTO
Por Padre Daniel Gognon Omi

Respuestas para los hermanos evangélicos, pentecostales y todo el que quiera conocer la verdad. En este artículo se utilizan textos de la biblia protestante Reina-Valera 1960, para mostrarles la verdad con su propia versión.

Porque los labios del sacerdote han
de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos (Mal 2, 7).

Cuando Pablo escribió a Timoteo: desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús (2 Ti 3, 15), él estaba hablando de la Sagradas Escrituras que hoy conocemos como el AT. En ese tiempo todavía no se habían escrito todos los libros del NT.

Jesús no escribió ningún libro. Si hubiera querido que la Fe viniera por la lectura solamente, Él nos lo hubiera dicho. Si poder leer hubiera sido el requisito para la salvación, habrían sido muchos los perdidos en la historia de la cristiandad, porque hasta el siglo XX la lectura había sido privilegio de unos pocos. Jesús no mandó a sus discípulos a escribir algo, sino que les mandó a predicar la Buena Nueva (Mt 28,20).

Algunos de los Apóstoles (Pedro, Pablo, Santiago, Juan, Mateo y Judas) escribieron parte de las enseñanzas de Jesucristo; ninguno de los otros escribió cosa alguna, a lo menos no lo sabemos por los datos que existen. Si la interpretación particular de la Biblia debiera ser una regla divina, como enseñó Lutero, parece que fueron muy remisos los Apóstoles en su obligación, porque varios de ellos se contentaron con predicar, y no hubo ni uno que escribiera todas las cosas que enseñó y mandó Cristo (Mt 28, 20). ¿Cómo cumplieron esto entonces?

Los primeros cristianos siguieron el mandato de "id y haced discípulos", luego comenzaron a poner por escrito "la tradición" que recibieron, es decir, lo que se iba predicando: la variedad de las comunidades, la necesidad de la comunicación y de un texto o textos comunes, etc. Lo iban exigiendo. Además, iban desapareciendo los testigos oculares y convenía redactar recuerdos y esquemas de predicación. El Espíritu Santo inspiró a Pablo y a los demás autores del NT a escribir para el bien de la Iglesia.

Primero coleccionaron las cartas de Pablo en diferentes ciudades. Algunas cartas se perdieron como la carta a Laodisea mencionada en Col 4,16.
Marción, un cristiano gnóstico escribió en el año 110 d.C. que los cristianos deberían rechazar el AT y todo lo que era "judío" en los demás escritos cristianos, los obispos lo condenaron y reconocieron que las Escrituras Hebreas continuaban siendo revelación. Luego, un hombre llamado Tácio trató de unir los distintos evangelios en uno sólo, quitando lo repetido en ellos, pero no fue una idea aceptada por muchos.

En los primeros siglos de la Iglesia aún no se había determinado cuáles libros formarían el "canon" de la Biblia, que es la lista de los libros inspirados. Había mucha variedad en lo que se creía como inspirado. En algunas ciudades del Medio Oriente rechazaban la carta a los Hebreos. Además, en este tiempo, había muchos escritos falsos. En Antioquía, en el año 200, se utilizaba el llamado "Evangelio de Pedro" (considerado actualmente como uno de los evangelios apócrifos). Enemigos de la Iglesia trataron de sembrar confusión y promover herejías a través de evangelios y epístolas falsos como por ejemplo el "Evangelio de Tomás" (promovido por los gnósticos), el "Evangelio de María Magdalena", cartas de San Pablo no escritas verdaderamente por él.

La primera lista de libros compilados, un intento de decidir el canon, conocida como "la Lista Muratoriana" (170-180 d. C.) contenía los cuatro Evangelios, el Apocalipsis de Juan, trece cartas de Pablo y Sabiduría, pero omitía la Epístola a los Hebreos y las Epístolas de Pedro, etcétera.

Durante el período de 140 a 220 d. C., había dudas sobre Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2-3 de Juan y el Libro del Apocalipsis. Y muchos que creían en la "Didajé" y el "Pastor de Hermas". Clemente de Alejandría en Stromata 3 aceptó la Carta a Bernabé y Pastor de Hermas. Clemente citó "El Apocalipsis de Pedro" como si fuera Escritura.

Según Orígenes, se discutía Hebreos, Santiago, Segunda de Pedro, 2 y 3 de Juan, Judas en el período de 220 a 400 [1]. Serapión (obispo de Antioquía, 190 d. C.) Prohibió a su diócesis leer el Evangelio de Pedro, sin embargo la gente lo seguía apreciándolo.

Hacia el fin del tercer siglo, salieron otras listas diferentes por ejemplo de Mileto Obispo de Sardis, Ireneo Obispo de Lyon en Adv. Heres, II no reconoció la carta a Filemón. En el Oriente, Juan Crisóstomo no dudaba de la Segunda de Pedro, Tercera de Juan, Judas y Apocalipsis. Sin embargo, poco a poco, el Espíritu Santo guió a la Iglesia para discernir cuáles libros debían ser aceptados. En el Concilio Romano, bajo la autoridad del Papa Dámaso (366 - 384 d.C.), aparece la primera lista de la Iglesia Universal (católica).

En el Concilio de Hipona (393 d.C.) confirma la lista promulgada por el Papa Dámaso durante el sínodo de Roma en 382 d.C. representa la primera confirmación oficial. En adelante, en las actas de los sínodos, lo mismo de los orientales que de los occidentales, y en los decretos de los Papas (ejemplo Inocencio I) aparecen los libros del NT. En el Concilio de Cartago (397) se ratificaron las decisiones de los concilios anteriores en cuanto al canon. Aún se necesitó otro concilio (Cartago II en 419) para reafirmar el canon porque todavía había dudas sobre las cartas de Santiago, Judas y Hebreos. Encontramos la lista de los 46 libros del AT (Biblia católica) en el Decreto Número 36 de este concilio. Todo esto ocurrió más de tres siglos después de la muerte de Jesús.

¿Por qué se tardó tanto en decidir el canon de la Biblia? Había persecuciones violentas en contra de la Iglesia, y éstas impedían que los obispos, presbíteros, diáconos y laicos, pudieran decidir y autentificar los libros y juntarlos en una sola obra. (En un clima de persecución, reunirse todos hubiera sido demasiado riesgoso.) Pero cuando el Emperador Constantino dio paz al mundo cristiano se emprendió la obra de juntar las varias partes de las Escrituras, todo con el empuje del Papa.

El argumento de que la Iglesia manifestaba odio en contra de la Biblia no es cierto. La verdad es que la Iglesia quiso proteger a los fieles de traducciones alteradas y corrompidas de la Biblia; de aquí la oposición que se hizo contra los Valdenses, Albigenses, partidarios de Wycliff y Tyndale.

Las autoridades de la Iglesia en el Sínodo de Oxford (1408) prohibieron a los laicos leer traducciones de la Biblia no autorizada. Es decir, la Iglesia prohibió aceptar como las Escrituras LO QUE DE VERAS NO ERA LA PALABRA DE DIOS. Por ejemplo, los albigenses del siglo XIII hicieron una traducción de la Biblia que correspondía con sus enseñanzas. Y Tomás Moro dijo que "Wycliff tradujo la Biblia por sí mismo. Y que en esta traducción, él, a propósito, corrompió el texto sagrado agregando palabras para aportar a las enseñanzas erróneas que sembraba". Los lolardos cambiaron aún más el texto, e hicieron que la Biblia apoyara la anarquía que luego predicaron en Inglaterra.

El NT de Tyndale fue publicado bajo el amparo del Rey Enrique VIII; la "Biblia del Obispo", en 1568; la "Biblia del rey Jacobo" o "la Versión Revisada", en 1881. Cada una de éstas salió porque la anterior estaba llena de errores. En el De Sacramentis, Zwingli condenó fuertemente a Lutero por su corrupción de la Biblia que Lutero tradujo al alemán. Le dijo: "Usted ha corrompido la palabra de Dios". Un ejemplo: Lutero añadió la palabra "solamente" (sólo) en Romanos 3, 28. Admitimos que hubo algunos sacerdotes que pasaron el límite de la prudencia en prohibir su lectura, no con intención de disminuir la importancia de la Biblia, sino para protegerla. Martín Lutero tuvo que admitir que sin la Iglesia católica él no hubiera tenido la Biblia (ver su Comentario sobre San Juan, 16).

Por siglos, el idioma universal de la Iglesia y del mundo occidental fue el latín. En todas las misas el sacerdote leía la Biblia en este idioma. Cuando el latín dejó de ser el idioma universal en el occidente, por tradición, las lecturas de la Biblia quedaron en latín pero los feligreses tenían los misales con la traducción en su propio idioma.

Los que piensan que antes de Martín Lutero no existían traducciones de la Biblia están equivocados. Antes de que él tradujera la Biblia al alemán, la Iglesia tenía 626 ediciones católicas de la Biblia o trozos de ella en 26 diferentes lenguas europeas, y en ruso. Por ejemplo, existía la Biblia Hexpla del año 240, la de Jerónimo, La Vulgata, del año 390. Había 30 ediciones de la Biblia completa en alemán antes de la versión de Lutero en 1534 [2], nueve antes de que él naciera. Había 62 ediciones de la Biblia en Hebreo, autorizadas por la Iglesia , 22 en griego, 20 en italiano, 26 en francés, 19 en flamenco, dos en español: la Biblia ALFONSINA (de "Alfonso el Sabio", año 1280) y la Biblia De la Casa de Alba (año 1430, AT) [3], seis en bohemiano y uno en eslavo, catalán y checo [4].

La primer Biblia impresa, fue producida bajo los auspicios de la Iglesia católica- impresa por el inventor católico de la imprenta: Johannes (Juan) Gutenberg. La primer Biblia con capítulos y versículos numerados fue producida por la Iglesia católica, el trabajo de Esteban Langton, Cardenal, Arzobispo de Canterbury, Inglaterra. A pesar de esto, acusan a la Iglesia de haber intentando la destrucción de la Biblia; si hubiera deseado hacer esto, tuvo 1500 años para lograrlo.

En todo el proceso de completar el canon la lista de libros del NT entendemos mejor que fue la Biblia la que salió de la Iglesia y no la Iglesia de la Biblia. Por eso, verdaderamente no hay separación entre "Biblia" y "Tradición". La Biblia forma parte de la Tradición de la Iglesia católica.

Notas:

[1] ¿Por qué no había acuerdo sobre la Carta a los Hebreos? Por sus orígenes desconocidos. Se cuestionaba el origen de la Carta a Santiago, de la Segunda y Tercera carta de Juan y Segunda de Pedro (además porque ésta es semejante a la Judas capítulo dos). "El Pastor de Hermas" fue considerado como inspirado por su contenido edificante, y "Didajé" por sus orígenes apostólicos.

[2] Expertos bíblicos más tarde encontraron más de 3,000 errores en su traducción.

[3] Del libro evangélico: La Biblia. Cómo se convirtió en libro, por Terry Hall (Ediciones Las Américas, 1991, p.178). "El venerable Beda, historiador inglés del siglo octavo, comenzó a traducir la Vulgata al inglés" (p. 116). Ver también el fanal (revista presbiteriana) jul-ag, 1991, p. 148.

El problema con el libro de los Sres. Hall y Lloyd es que por ser anticatólicos en su posición tienen que manipular los hechos históricos de tal forma que llegan a contradecirse. De un lado dicen que la Iglesia católica reconoció por primera vez (y por supuesto añadió) los siete libros en el Concilio de Trento en 1546 (p. 77). Pero luego dicen que fueron aceptados en los concilios de Hipona, 393, d.C. y Cártago, 397 d.C. (p. 159). Es que Hipona y Cártago sí aceptaron no solamente los 66 sino los 73 libros. También estos autores rechazan los siete libros porque no dicen: "Así dice Jehová, Habló Jehová" (p. 152) pero anteriormente admitieron que el libro de Ester ni siquiera menciona la palabra "Dios" (p. 75). (Podría mencionar un malentendido (¿mentira?) sobre la Doctrina católica en la página 152 (que la Iglesia tiene dos grados de canonicidad).

[4] Ibid., p. 131. Checo desde el Siglo XV.

Libro, No todo el que dice Señor, Señor


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