Imagen sólo de carácter ilustrativo |
Por José Leopoldo Fierro Córdova
Incongruencias de los protestantes incompatibles con sus doctrinas. Critican a la Iglesia por tener miles de santos canonizados y sucede que sus pastores a diario "CANONIZAN" a infinidad de santos.
Me refiero cuando celebran un servicio cultico en sus templos de funeral de sus adeptos. Siempre el pastor o la pastora en turno, declara que el hermano o hermana fallecido ya ESTÁ EN EL CIELO.
¿Cómo se atreven a declarar esto? Ninguna secta protestante cree que exista un JUICIO PARTICULAR inmediato a la muerte de cada ser humano. Entonces, si el difunto según sus doctrinas no será juzgado hasta el JUICIO UNIVERSAL al final de los tiempos, ¿Cómo puede el pastor o la pastora que preside el servicio de funeral, afirmar que dicho difunto, su alma ya está en el cielo? ¿Cómo pueden decir esto cuando muchos de ellos creen que las almas de los muertos están dormidas y no despertarán sino hasta el fin del mundo? ¿Es el cielo un dormitorio de almas? ¿Saben más que Dios?
Una persona que ya está en el cielo es UN SANTO. Entonces los protestantes cada vez que muere uno de ellos, su pastor o pastora está de hecho "canonizado" santos. Entonces, ¿Por qué critican a la Iglesia católica que canoniza santos?
En el funeral de un católico, la Iglesia nunca decreta por voz del sacerdote que celebra la Misa de funeral, que existe la certeza que el hermano fallecido ya esta en el cielo. Sólo implora al Altísimo por medio de Nuestro Señor Jesucristo, tenga misericordia del alma del hermano fallecido. No se asegura, como lo afirman los protestantes, de que ya está en el cielo, sino que se hacen rogativas a la misericordia de Dios, para que el hermano fallecido sea merecedor de su misericordia y entre al cielo a contemplar y gozar de Dios por toda la eternidad.
Nuestros hermanos protestantes aseguran que no se debe orar por los muertos. Sin embargo, en los funerales protestantes se proclaman oraciones como estas: nuestro(a) hermano(a) N. diciendo:
TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
!Señor, tú que lloraste ante la tumba de Lázaro, dígnate
enjugar nuestras lágrimas, roguemos al Señor.
!Tú que resucitaste a los muertos, dígnate dar la vida
eterna a nuestro(a) hermano(a) N., roguemos al Señor.
!Tú que perdonaste en la cruz al buen ladrón y le
prometiste el paraíso, dígnate perdonar y llevar al cielo
a nuestro(a) hermano(a), roguemos al Señor.
!Tú que purificaste a nuestro(a) hermano(a) con el agua
del bautismo, dígnate admitirlo entre tus santos y
elegidos, roguemos al Señor.
!(Tú que alimentaste a nuestro(a) hermano(a) con tu
cuerpo y con tu sangre, dígnate también admitirlo(a) en
la mesa de tu reino, roguemos al Señor.
!Y a nosotros que lloramos su muerte, dígnate
confortarnos con la fe y la esperanza de la vida eterna,
roguemos al Señor.
LOS PROTESTANTES como ya desde esta vida se creen salvos aun siendo pecadores y rechazando la confesión sacramental instituida por Nuestro Señor Jesucristo, Juan 20,22; así como el sacramento de la unción de los enfermos Santiago 5,14.15. El pastor o pastora les reafirma INFALIBLEMENTE que su entrada al cielo es AUTOMÁTICA, aunque el difunto aún no haya sido juzgado por Dios en un juicio particular.
El pastor o pastora realiza ese juicio particular en el servicio del culto de funeral "canonizando" al difunto como Santo en el cielo. Su cuerpo se le sepulta y ya jamás se ora por él, ni en el templo, ni en la casa o familia del difunto implorando a Dios misericordia por el eterno descanso de su alma, porque ya para ellos es un "santo" canonizado por su líder.
La tumba del difunto se abandona para siempre. No como en el caso de la de difuntos católicos, que se visita y se le da mantenimiento a su lápida y se adorna con flores como se adorna un templo, porque sabemos que allí descansa el cuerpo del ser amado que en vida, fue templo del Espíritu Santo 1 Cor.6,19. En espera de su resurrección prometida por Jesucristo a todo aquel que depositó su fe en Él y realizó buenas obras unidas a Él, como el sarmiento a la Vid. Juan 15,5; reafirmando lo que la Biblia en Apocalipsis 14,13 Nos dice:
"Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus OBRAS con ellos siguen".
CONCLUSIÓN
El protestantismo es un yermo desierto de espiritualidad para sus adeptos aún en vida y aún más después de que estos mueren. Nunca más se les vuelve a recordar en oración alguna y su tumba queda en total olvido.
El protestantismo es un mar de confusión y contradicciones. Aseguran no creer en tantas cosas, pero de hecho las practican. Oremos por su conversión.
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