¿POR QUÉ AL COMULGAR SÓLO NOS DAN EL PAN Y NO EL VINO? ¿CÓMO ES ESO DE COMULGAR EN UNA O DOS ESPECIES?
Por Jesús Mondragón
SI CRISTO DIJO:
Juan 6,54
Surgen una serie de preguntas muy interesantes, que muchas personas se han hecho en algún momento de su vida y que incluso, los no católicos nos hacen también:
¿Por qué no siempre se nos da la comunión bajo las dos especies del pan y del vino?
La respuesta a esta interrogante es en realidad muy sencilla, pero se debe analizar desde varias vertientes o enfoques.
Comencemos diciendo que al ser consagrados el pan y el vino, Cristo se hace presente en la Eucaristía, NO simbólicamente, sino de forma real, literal y verdaderamente. Es su Cuerpo, pero que se nos es dado en las especies de pan y de vino. De manera que aunque sepan a pan y vino, realmente son su cuerpo y sangre, alma y divinidad. Sabe a pan, pero no es pan. Sabe a vino, pero no es vino.
La substancia se transubstancia, es decir, la substancia se convierte en otra substancia. A eso llamamos: "transubstanciación" o cambio de substancia. Lo que permanece sin cambios por el poder de Dios en la Eucaristía, son los accidentes, especies o apariencias del pan y del vino.
¿Cuáles son los accidentes que permanecen sin cambio después de la transusbtanciación? Son: peso, tamaño, gusto, cantidad, olor, color, sabor, figura, medida, etc, de pan y de vino. Sólo cambia la sustancia.
La pregunta es: Si el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ¿Por qué saben a pan y a vino? La respuesta es simple: para creer debes tener fe y como dijo San Pablo:
Hebreos 11,1
La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.
Si los accidentes también cambiaran, todo el mundo creería. ¿Dónde quedaría entonces la fe? El verdadero mérito de la fe no es creer en Cristo, sino el creerle a Cristo. Porque si Cristo dice: "esto es mi Cuerpo" ¿Quiénes somos nosotros para decir como los protestantes: No Señor, no es tu cuerpo, eso es pan nada más?
Otro aspecto importante a considerar, es que el Cuerpo de Cristo que se hace presente en la Eucaristía, no es su cuerpo de carne y hueso con el que vino al mundo, eso sería canibalismo.
Juan 6,52
Juan 6,60
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?»
Por desgracia, sabemos que son muchos los que no creen, los que no pueden soportar este lenguaje.
El Cuerpo de Cristo que se hace presente en la Eucaristía, es su cuerpo resucitado, glorificado, de forma “sacramental”, no un cuerpo carnal:
Juan 6,63
«El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.
Sin embargo, muchos que alardean de poseer el Espíritu Santo no le creen a Cristo, aunque aseguran tener mucha fe en Él. ¿Y por qué no creen? Porque realmente no tienen el Espíritu Santo, pues como explica San Pablo:
I Corintios 3,1-3
Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche y no alimento sólido, pues todavía no lo podíais soportar. Ni aun lo soportáis al presente; pues todavía sois carnales...
"No pueden soportar el alimento sólido", dice Pablo. Recordemos que los judíos tampoco pudieron soportar ese lenguaje.
EL CUERPO DE CRISTO NO PUEDE SER DIVIDIDO
Los judíos acostumbraban a utilizar la expresión "carne y sangre" para denotar la totalidad de la persona humana.
I Corintios 15,50
Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción.
Es decir, la persona humana está compuesta de "carne y sangre". En el contexto bíblico y no podemos separarlos. En circunstancias naturales, un cuerpo sin sangre no es una persona, es un cadáver. La sangre separada del cuerpo no es una persona, no puede sobrevivir. La persona humana es un todo indivisible.
De igual modo Cristo en la Eucaristía, no puede ser dividido, como si por un lado estuviera la carne y por otro la sangre, porque Cristo ya ha resucitado y ha sido glorificado.
Cristo está totalmente entero en la especie del pan y está totalmente entero en la especie del vino, al ser transformados.
A esta doctrina le damos el nombre de “concomitancia” y es por eso que la Iglesia Católica puede dar la Comunión en una o dos especies, pues en ambos casos se recibe entero el Cuerpo del Señor. Si el sacerdote parte en dos o en cuatro la hostia consagrada, el Cuerpo de Cristo está completo en cada partícula y también está completo su Cuerpo en la especie del vino. Porque la enseñanza bíblica es que el cuerpo de Cristo no puede ser dividido.
I Corintios 1,13
Romanos 12,5
I Corintios 12,12
Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.
I Corintios 10,17
Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.
¿QUÉ MÁS CLARO LO QUIERES?
Quien come el pan o bebe la copa del Señor indignamente, sin reconocer que son el Cuerpo y la Sangre del Señor, ¡SE CONDENA!
I Corintios 11,27-29
Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa.
Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.
Observemos que el Apóstol Pablo dice: "quién coma el pan o beba la copa", no dice "coma y beba" sino "coma o beba", es decir o el pan o el vino, será reo del Cuerpo y la Sangre.
Al comer el pan indignamente, se es reo del Cuerpo y la Sangre.
Al beber la copa indignamente, se es reo del Cuerpo y la Sangre.
Por eso, ya sea que comulgues en una especie: sólo el pan, o sólo el vino. O comulgues en las dos especies, estás recibiendo enteramente el Cuerpo del Señor Jesús.
PAX ET BONUM
Fuente católicodefiendetufe
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SI CRISTO DIJO:
Juan 6,54
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
¿Por qué no siempre se nos da la comunión bajo las dos especies del pan y del vino?
¿Por qué generalmente sólo nos dan el pan y no nos dan el vino?
Comencemos diciendo que al ser consagrados el pan y el vino, Cristo se hace presente en la Eucaristía, NO simbólicamente, sino de forma real, literal y verdaderamente. Es su Cuerpo, pero que se nos es dado en las especies de pan y de vino. De manera que aunque sepan a pan y vino, realmente son su cuerpo y sangre, alma y divinidad. Sabe a pan, pero no es pan. Sabe a vino, pero no es vino.
La substancia se transubstancia, es decir, la substancia se convierte en otra substancia. A eso llamamos: "transubstanciación" o cambio de substancia. Lo que permanece sin cambios por el poder de Dios en la Eucaristía, son los accidentes, especies o apariencias del pan y del vino.
¿Cuáles son los accidentes que permanecen sin cambio después de la transusbtanciación? Son: peso, tamaño, gusto, cantidad, olor, color, sabor, figura, medida, etc, de pan y de vino. Sólo cambia la sustancia.
La pregunta es: Si el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ¿Por qué saben a pan y a vino? La respuesta es simple: para creer debes tener fe y como dijo San Pablo:
Hebreos 11,1
La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.
Si los accidentes también cambiaran, todo el mundo creería. ¿Dónde quedaría entonces la fe? El verdadero mérito de la fe no es creer en Cristo, sino el creerle a Cristo. Porque si Cristo dice: "esto es mi Cuerpo" ¿Quiénes somos nosotros para decir como los protestantes: No Señor, no es tu cuerpo, eso es pan nada más?
Otro aspecto importante a considerar, es que el Cuerpo de Cristo que se hace presente en la Eucaristía, no es su cuerpo de carne y hueso con el que vino al mundo, eso sería canibalismo.
Juan 6,52
Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?»
Por desgracia, sabemos que son muchos los que no creen, los que no pueden soportar este lenguaje.
El Cuerpo de Cristo que se hace presente en la Eucaristía, es su cuerpo resucitado, glorificado, de forma “sacramental”, no un cuerpo carnal:
Juan 6,63
«El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.
Sin embargo, muchos que alardean de poseer el Espíritu Santo no le creen a Cristo, aunque aseguran tener mucha fe en Él. ¿Y por qué no creen? Porque realmente no tienen el Espíritu Santo, pues como explica San Pablo:
I Corintios 3,1-3
Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche y no alimento sólido, pues todavía no lo podíais soportar. Ni aun lo soportáis al presente; pues todavía sois carnales...
"No pueden soportar el alimento sólido", dice Pablo. Recordemos que los judíos tampoco pudieron soportar ese lenguaje.
EL CUERPO DE CRISTO NO PUEDE SER DIVIDIDO
Los judíos acostumbraban a utilizar la expresión "carne y sangre" para denotar la totalidad de la persona humana.
I Corintios 15,50
Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción.
Es decir, la persona humana está compuesta de "carne y sangre". En el contexto bíblico y no podemos separarlos. En circunstancias naturales, un cuerpo sin sangre no es una persona, es un cadáver. La sangre separada del cuerpo no es una persona, no puede sobrevivir. La persona humana es un todo indivisible.
De igual modo Cristo en la Eucaristía, no puede ser dividido, como si por un lado estuviera la carne y por otro la sangre, porque Cristo ya ha resucitado y ha sido glorificado.
Cristo está totalmente entero en la especie del pan y está totalmente entero en la especie del vino, al ser transformados.
A esta doctrina le damos el nombre de “concomitancia” y es por eso que la Iglesia Católica puede dar la Comunión en una o dos especies, pues en ambos casos se recibe entero el Cuerpo del Señor. Si el sacerdote parte en dos o en cuatro la hostia consagrada, el Cuerpo de Cristo está completo en cada partícula y también está completo su Cuerpo en la especie del vino. Porque la enseñanza bíblica es que el cuerpo de Cristo no puede ser dividido.
I Corintios 1,13
¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?
así también nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte los unos miembros de los otros.
Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.
I Corintios 10,17
Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.
¿QUÉ MÁS CLARO LO QUIERES?
Quien come el pan o bebe la copa del Señor indignamente, sin reconocer que son el Cuerpo y la Sangre del Señor, ¡SE CONDENA!
I Corintios 11,27-29
Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa.
Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.
Observemos que el Apóstol Pablo dice: "quién coma el pan o beba la copa", no dice "coma y beba" sino "coma o beba", es decir o el pan o el vino, será reo del Cuerpo y la Sangre.
Al comer el pan indignamente, se es reo del Cuerpo y la Sangre.
Al beber la copa indignamente, se es reo del Cuerpo y la Sangre.
Por eso, ya sea que comulgues en una especie: sólo el pan, o sólo el vino. O comulgues en las dos especies, estás recibiendo enteramente el Cuerpo del Señor Jesús.
PAX ET BONUM
Fuente católicodefiendetufe
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Me ofende el titular de este artìculo por la forma incorrecta en que se refiere pues al comulgar no recibimos ningùn pan ni ningùn vino, sino que recibimos el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, asi nos lo enseña el catecismo y la Santa madre Iglesia catòlica y asì lo dispuso Nuestro Señor Jesucristo;"" 26.Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» 27.Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, 28.porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados."
ResponderBorrarMateo, 26 - Bíblia Católica