LOS PROTESTANTES SE HAN ROBADO LA BIBLIA Y LA HAN FALSIFICADO ¿ES CIERTO ESTO?
Por Jesús Mondragón
Muchas veces, al calor del celo evangélico y cansados de los ataques de los protestantes contra nuestra fe Católica, muchos cristianos católicos exclaman: "los protestantes se han robado la Biblia". Tales expresiones, son más el producto de la molestia, que de un conocimiento real de la verdadera historia de la Sagrada Escritura.
Que los protestantes se han apropiado de la Biblia como si ellos fueran los dueños, que la han falsificado de acuerdo a sus diversas creencias según sea la secta, que se creen los únicos con derecho a leerla e interpretarla es un hecho, más debido a la conocida arrogancia y autosuficiencia características de los protestantes. Pero afirmar que se han "robado" la Biblia es algo más serio. ¿Es cierta esta acusación? Pues la respuesta es SÍ, es verdad, literalmente cierto.
Jesucristo, los Apóstoles y los primeros cristianos, utilizaban como Escrituras Sagradas, únicamente el Antiguo Testamento en su versión griega, o Canon de Alejandría, mejor conocida como versión de los LXX o Septuaginta (el Nuevo Testamento aún no existía).
Posteriormente, la Iglesia Católica reunió los rollos Sagrados revelados por Dios a los hombres del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento escrito por los Apóstoles y sus discípulos, y los reunió en un sólo libro que llamó "Biblia". Definiendo así, el canon de los libros inspirados, en los concilios de Roma en 382, Hipona en 393 y Cartago en 397, bajo la autoridad y dirección del Papa Dámaso I. Antes de eso, no existía una Biblia plenamente definida y reconocida por todos como hoy la conocemos, ya que ciertas personas aceptaban unos libros y rechazaban otros.
La Iglesia Católica como es natural, poseía el ejemplar más antiguo de la Biblia Septuaginta, el Códice Vaticano y nuestros hermanos Católicos Ortodoxos poseían el Códice Sinaítico, guardado celosamente por orden del emperador Justiniano y casi completamente desconocido en occidente. Lo cual, conecta directamente la Biblia a la única y verdadera Iglesia fundada por Jesucristo, la Iglesia Católica.
¿QUIÉN FUE EL "HÉROE" PROTESTANTE QUE EFECTUÓ EL ROBO DE LA BIBLIA?
En el siglo XIX, una época en que la autenticidad de Biblia era ferozmente atacada, era imprescindible para los protestantes dos cosas.
1-. Demostrar la veracidad de la Sagrada Escritura.
2-. Demostrar la "conexión protestante con Dios y con la Biblia". Que sí tenía la Iglesia Católica y la Iglesia Católica Ortodoxa, pero los protestantes no.
El Conde Konstantin Von Tischendorf, Protestante, helenista y paleógrafo. Como eminente erudito e investigador de las Sagradas Escrituras, tenía que rebatir esas ideas contra la Biblia. La única forma de demostrarlo, era con el estudio de escritos, libros, códices antiguos de la Escrituras. Por lo tanto, toma la determinación de abandonar su vida cómoda como profesor, y se lanza a la búsqueda de éstos documentos por las bibliotecas, monasterios de Europa e incluso fuera de ese continente.
Durante el primer viaje al Monasterio de Santa Catalina de Konstantin von Tischendorf en 1844, al pie del Monte Sinaí, en Egipto, halla 43 hojas de pergamino conteniendo partes de Jeremías, Nehemías, Crónicas y Ester.
Tischendorf realiza su segunda expedición en 1853, la misma es infructuosa, excepto porque no logra recuperar más que dos fragmentos del Libro del Génesis.
El Códice Sinaítico le fue mostrado a Konstantin von Tischendorf en 1859 durante su tercer visita al Monasterio de Santa Catalina, al pie del Monte Sinaí, en Egipto. Allí, ante los ojos atónitos del erudito, reposaba el tesoro que por tanto tiempo había deseado encontrar. Tratando de controlar sus emociones y aparentando normalidad, Tischendorf solicitó hojear someramente el códice, y luego de retirarse a su aposento, pasó toda la noche en el indescriptible gozo de estudiar el manuscrito, como declara su diario en latín "quippe dormire nefas videbatur", verdaderamente hubiera sido un sacrilegio dormir. Durante esa noche, pudo comprobar que el documento contenía más de lo que hubiera esperado, pues no sólo estaba la mayor parte del Antiguo Testamento, sino que el Nuevo Testamento se encontraba completo, intacto y en excelente estado de preservación, con la adición de dos trabajos cristianos del siglo II: La Epístola de Bernabé y una extensa porción del Pastor de Hermas, conocido hasta entonces sólo por su título.
Las pretensiones de Tischendorf, eran publicar el códice. Propuso a los monjes que se lo entregaran al rey Federico Augusto de Sajonia, "en nombre del prestigio de la iglesia Luterana", jurando que se lo devolvería a los monjes. Los ingenuos monjes aceptaron pero, dejaron en claro que el códice tendría que regresar al monasterio. Firmó un documento donde se comprometía a devolver el manuscrito al Monasterio, intacto. Esta fue una promesa que el Conde Konstantin von Tischendorf, JAMÁS CUMPLIÓ.
Después, tal vez para justificar el robo, inventó que los encontró en la basura. Según contó Tischendorf, el bibliotecario le indicó que, «eran basura que debía ser destruida quemándola en los hornos del monasterio».
De modo que según él, los monjes conservaron uno de los dos ejemplares más antiguos de la Biblia por 1,500 años, para después quemarlos como basura y justo en el preciso momento en que se disponían a hacerlo, llegó Tischendorf a rescatarlos, les pidió su "basura" prestada a los monjes y éstos le hicieron jurar, ¡QUE SE LAS REGRESARÍA! Absurdo ¿No cree usted? La verdad es más simple: el Conde Konstantin Von Tischendorf, robó a los ingenuos monjes carentes de toda malicia, el ejemplar más antiguo de la Biblia y se inventó el cuento de que: "eran basura que debía ser destruida quemándola en los hornos del monasterio". Esto era mentira, porque ya se sabía de la existencia del Códice. La primera noticia de su existencia tiene lugar en el diario de un visitante italiano del Monasterio de Santa Catalina en 1761. En él, el naturalista Vitalian Donati menciona haber visto en dicho monasterio una Biblia con una “delicada y sorprendente escritura”.
La noticia de su descubrimiento se riega como pólvora por toda Europa. Pronto, la iglesia anglicana protestante, a través de la reina Victoria, desea apoderarse del Códice Sinaítico. La Iglesia Ortodoxa Rusa desea hacerse con él y cree tener más derecho que nadie. También la Iglesia Católica mostró su interés.
Tischendorf rompió el Códice Sinaítico y regala una parte al rey Federico Augusto. Los monjes prefieren entregar el resto del Códice al Zar de Rusia Alejandro II, quien financiaba a Tischendorf, pues para ellos era señal de comunión con todas las Iglesias Ortodoxas y el Códice se quedó ahí. Alejandro II compensa con 7,000 rublos a los monjes, que como es natural, se sienten engañados.
En el verano de 1933 se supo que el entonces gobierno de Joseph Stalin, necesitado de dinero, tenía intenciones de vender el manuscrito, que no le pertenecía, a través de libreros londinenses. Con el apoyo del Primer Ministro Ramsay MacDonald, los encargados del Museo Británico consiguen 100.000 libras para su compra (incluida una colecta pública). Finalmente, la compra se hace a través de Arcos Ltd, que no era otra que la compañía comercial del Gobierno Soviético, llegando el Códice a Londres el 26 de diciembre de 1933, siendo inmediatamente expuesto al público (no sin antes comprobar su autenticidad gracias al propio facsímil de Tischendorf). La colecta pública ascendió a la nada despreciable cifra de 53.563 libras (de la época).
El 29 de junio de 1934 el Arzobispo Porphyrios del Sinaí, reclama al Museo Británico los derechos del Monasterio sobre el manuscrito. El Museo responde al Arzobispo remitiéndole al Gobierno Soviético. Desentendiéndose de lo que por ley es una compra ilegal de un Códice robado.
Y es así como finalmente, la iglesia anglicana protestante, se apoderó del Códice Sinaítico, uno de los dos ejemplares más antiguos de la Biblia (junto con el Códice Vaticano), que por derecho pertenece a la Iglesia Católica Ortodoxa Griega.
El robo de la Biblia realizado por los protestantes, quedó así consumado.
Los monjes de Santa Catalina en el Sinaí, siguen a la espera, de que su Códice les sea devuelto.
PAX ET BONUM
Fuente católicodefiendetufe
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Por Jesús Mondragón
Muchas veces, al calor del celo evangélico y cansados de los ataques de los protestantes contra nuestra fe Católica, muchos cristianos católicos exclaman: "los protestantes se han robado la Biblia". Tales expresiones, son más el producto de la molestia, que de un conocimiento real de la verdadera historia de la Sagrada Escritura.
Que los protestantes se han apropiado de la Biblia como si ellos fueran los dueños, que la han falsificado de acuerdo a sus diversas creencias según sea la secta, que se creen los únicos con derecho a leerla e interpretarla es un hecho, más debido a la conocida arrogancia y autosuficiencia características de los protestantes. Pero afirmar que se han "robado" la Biblia es algo más serio. ¿Es cierta esta acusación? Pues la respuesta es SÍ, es verdad, literalmente cierto.
Jesucristo, los Apóstoles y los primeros cristianos, utilizaban como Escrituras Sagradas, únicamente el Antiguo Testamento en su versión griega, o Canon de Alejandría, mejor conocida como versión de los LXX o Septuaginta (el Nuevo Testamento aún no existía).
Posteriormente, la Iglesia Católica reunió los rollos Sagrados revelados por Dios a los hombres del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento escrito por los Apóstoles y sus discípulos, y los reunió en un sólo libro que llamó "Biblia". Definiendo así, el canon de los libros inspirados, en los concilios de Roma en 382, Hipona en 393 y Cartago en 397, bajo la autoridad y dirección del Papa Dámaso I. Antes de eso, no existía una Biblia plenamente definida y reconocida por todos como hoy la conocemos, ya que ciertas personas aceptaban unos libros y rechazaban otros.
La Iglesia Católica como es natural, poseía el ejemplar más antiguo de la Biblia Septuaginta, el Códice Vaticano y nuestros hermanos Católicos Ortodoxos poseían el Códice Sinaítico, guardado celosamente por orden del emperador Justiniano y casi completamente desconocido en occidente. Lo cual, conecta directamente la Biblia a la única y verdadera Iglesia fundada por Jesucristo, la Iglesia Católica.
¿QUIÉN FUE EL "HÉROE" PROTESTANTE QUE EFECTUÓ EL ROBO DE LA BIBLIA?
En el siglo XIX, una época en que la autenticidad de Biblia era ferozmente atacada, era imprescindible para los protestantes dos cosas.
1-. Demostrar la veracidad de la Sagrada Escritura.
2-. Demostrar la "conexión protestante con Dios y con la Biblia". Que sí tenía la Iglesia Católica y la Iglesia Católica Ortodoxa, pero los protestantes no.
El Conde Konstantin Von Tischendorf, Protestante, helenista y paleógrafo. Como eminente erudito e investigador de las Sagradas Escrituras, tenía que rebatir esas ideas contra la Biblia. La única forma de demostrarlo, era con el estudio de escritos, libros, códices antiguos de la Escrituras. Por lo tanto, toma la determinación de abandonar su vida cómoda como profesor, y se lanza a la búsqueda de éstos documentos por las bibliotecas, monasterios de Europa e incluso fuera de ese continente.
Durante el primer viaje al Monasterio de Santa Catalina de Konstantin von Tischendorf en 1844, al pie del Monte Sinaí, en Egipto, halla 43 hojas de pergamino conteniendo partes de Jeremías, Nehemías, Crónicas y Ester.
Tischendorf realiza su segunda expedición en 1853, la misma es infructuosa, excepto porque no logra recuperar más que dos fragmentos del Libro del Génesis.
El Códice Sinaítico le fue mostrado a Konstantin von Tischendorf en 1859 durante su tercer visita al Monasterio de Santa Catalina, al pie del Monte Sinaí, en Egipto. Allí, ante los ojos atónitos del erudito, reposaba el tesoro que por tanto tiempo había deseado encontrar. Tratando de controlar sus emociones y aparentando normalidad, Tischendorf solicitó hojear someramente el códice, y luego de retirarse a su aposento, pasó toda la noche en el indescriptible gozo de estudiar el manuscrito, como declara su diario en latín "quippe dormire nefas videbatur", verdaderamente hubiera sido un sacrilegio dormir. Durante esa noche, pudo comprobar que el documento contenía más de lo que hubiera esperado, pues no sólo estaba la mayor parte del Antiguo Testamento, sino que el Nuevo Testamento se encontraba completo, intacto y en excelente estado de preservación, con la adición de dos trabajos cristianos del siglo II: La Epístola de Bernabé y una extensa porción del Pastor de Hermas, conocido hasta entonces sólo por su título.
Las pretensiones de Tischendorf, eran publicar el códice. Propuso a los monjes que se lo entregaran al rey Federico Augusto de Sajonia, "en nombre del prestigio de la iglesia Luterana", jurando que se lo devolvería a los monjes. Los ingenuos monjes aceptaron pero, dejaron en claro que el códice tendría que regresar al monasterio. Firmó un documento donde se comprometía a devolver el manuscrito al Monasterio, intacto. Esta fue una promesa que el Conde Konstantin von Tischendorf, JAMÁS CUMPLIÓ.
Después, tal vez para justificar el robo, inventó que los encontró en la basura. Según contó Tischendorf, el bibliotecario le indicó que, «eran basura que debía ser destruida quemándola en los hornos del monasterio».
De modo que según él, los monjes conservaron uno de los dos ejemplares más antiguos de la Biblia por 1,500 años, para después quemarlos como basura y justo en el preciso momento en que se disponían a hacerlo, llegó Tischendorf a rescatarlos, les pidió su "basura" prestada a los monjes y éstos le hicieron jurar, ¡QUE SE LAS REGRESARÍA! Absurdo ¿No cree usted? La verdad es más simple: el Conde Konstantin Von Tischendorf, robó a los ingenuos monjes carentes de toda malicia, el ejemplar más antiguo de la Biblia y se inventó el cuento de que: "eran basura que debía ser destruida quemándola en los hornos del monasterio". Esto era mentira, porque ya se sabía de la existencia del Códice. La primera noticia de su existencia tiene lugar en el diario de un visitante italiano del Monasterio de Santa Catalina en 1761. En él, el naturalista Vitalian Donati menciona haber visto en dicho monasterio una Biblia con una “delicada y sorprendente escritura”.
La noticia de su descubrimiento se riega como pólvora por toda Europa. Pronto, la iglesia anglicana protestante, a través de la reina Victoria, desea apoderarse del Códice Sinaítico. La Iglesia Ortodoxa Rusa desea hacerse con él y cree tener más derecho que nadie. También la Iglesia Católica mostró su interés.
Tischendorf rompió el Códice Sinaítico y regala una parte al rey Federico Augusto. Los monjes prefieren entregar el resto del Códice al Zar de Rusia Alejandro II, quien financiaba a Tischendorf, pues para ellos era señal de comunión con todas las Iglesias Ortodoxas y el Códice se quedó ahí. Alejandro II compensa con 7,000 rublos a los monjes, que como es natural, se sienten engañados.
En el verano de 1933 se supo que el entonces gobierno de Joseph Stalin, necesitado de dinero, tenía intenciones de vender el manuscrito, que no le pertenecía, a través de libreros londinenses. Con el apoyo del Primer Ministro Ramsay MacDonald, los encargados del Museo Británico consiguen 100.000 libras para su compra (incluida una colecta pública). Finalmente, la compra se hace a través de Arcos Ltd, que no era otra que la compañía comercial del Gobierno Soviético, llegando el Códice a Londres el 26 de diciembre de 1933, siendo inmediatamente expuesto al público (no sin antes comprobar su autenticidad gracias al propio facsímil de Tischendorf). La colecta pública ascendió a la nada despreciable cifra de 53.563 libras (de la época).
El 29 de junio de 1934 el Arzobispo Porphyrios del Sinaí, reclama al Museo Británico los derechos del Monasterio sobre el manuscrito. El Museo responde al Arzobispo remitiéndole al Gobierno Soviético. Desentendiéndose de lo que por ley es una compra ilegal de un Códice robado.
Y es así como finalmente, la iglesia anglicana protestante, se apoderó del Códice Sinaítico, uno de los dos ejemplares más antiguos de la Biblia (junto con el Códice Vaticano), que por derecho pertenece a la Iglesia Católica Ortodoxa Griega.
El robo de la Biblia realizado por los protestantes, quedó así consumado.
Los monjes de Santa Catalina en el Sinaí, siguen a la espera, de que su Códice les sea devuelto.
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