domingo, 19 de enero de 2020

¿Alguien ha hecho pasar un camello por el ojo de una aguja? ¿Qué quiso decir Jesucristo cuando usó esa metáfora?


¿ALGUIEN HA HECHO PASAR UN CAMELLO POR EL OJO DE UNA AGUJA? ¿QUÉ QUISO DECIR JESUCRISTO CUANDO USÓ ESA METÁFORA?

Mientras el joven rico va caminando, triste, alejándose de Jesús, después que el divino maestro le dijera que diera todos sus bienes a los pobres, que tomara su cruz y lo siguiera, Jesús dice “Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que un rico entre al Reino de Dios.” Este episodio lo encontramos en San Marcos 10. Si tomamos esa frase tal cual, no queda más que entender que ningún rico entrará al cielo. Si la tomamos por el lado jocoso, también propone la misma imposibilidad. Pero veamos que Jesús no está dejando por sentado que ningún rico entrará al Reino de Dios. Si así fuera, entonces la salvación tendría límites, y ya sabemos que, en diversos pasajes del Nuevo Testamento, queda más que claro que la salvación está disponible para todos, sin exclusiones de ninguna especie. Pero entonces, ¿por qué Jesús propone semejante imposibilidad, al comparar a los ricos con un camello pasando por un ojo de aguja?

En la gráfica que acompaña esta publicación se pueden observar unas puertas, como las que tenían las ciudades en aquellos tiempos. Dos hojas amplias, cerradas, y en una de ellas una pequeña puerta, por la cual el paso es bastante estrecho. A esa puerta pequeña se le conocía como “ojo de aguja”, y era la que se usaba para el paso de solo gente a pie, cuando las puertas grandes estaban cerradas. La puerta es tan pequeña que, para meter un camello por ella, habría primero que descargar al animal, y luego hacerlo que doble sus patas y su cuello, para que pueda pasar por ese ojo de aguja. Es obvio que aquella tarea sería sumamente trabajosa, y que el camello no pondría mucho de su parte. De haberlo logrado, al final el camello habría pasado con muchísima dificultad, y probablemente habría cruzado el ojo de aguja con golpes o raspones.

En griego koiné, la lengua en que fueron escritos los evangelios en aquel tiempo, tenemos las palabras τρυµαλιας της ραφιδος (trumalia tis rafidos), ojo de aguja. En las traducciones protestantes de la biblia, traducen esas palabras como “el ojo de una aguja”. Pero esa traducción no es precisa, ya que Jesús no está hablando de un instrumento de costura, sino de un tipo de puerta, por eso la traducción usada en la biblia de Jerusalén es más adecuada: “el ojo de la aguja”. El uso del artículo definido “la” es sumamente importante.

Entonces vemos que Jesús no está proponiendo ninguna imposibilidad, sino que, hablando en lenguaje de aquellos tiempos, nos dice que para que un rico entre al cielo, le tiene que pasar como al camello. Tiene que despojarse de todas sus cargas, o sea que tiene que desapegarse de todo lo material, luego doblar su cuello en señal de obediencia a Dios, doblar sus rodillas también, y reconocer que Dios lo es todo, y además poner de su parte para entonces poder pasar por el ojo de aguja que está a la entrada del Reino de Dios. Y es más que claro que también tendrá que sufrir golpes y raspones, pero debe estar dispuesto a todo eso para poder salvarse.

Que el cielo tiene un ojo de aguja para poder entrar en el, lo vemos en San Mateo 7,13-14. Claro está que es una metáfora, pero lo que el Señor nos quiere decir es que alcanzar la salvación no es fácil. El mensaje es que todos, ricos y pobres, tenemos que sufrir muchas pérdidas, que tenemos que despojarnos de todas las cargas, que sólo nos impiden pasar por esa estrecha puerta. Y que tenemos que reconocer el señorío de Dios sobre todas las cosas, doblar la cerviz en obediencia, y arrodillarnos en adoración ante Él. Y también estar preparados para sufrir por Su causa.

Algunos biblistas (protestantes) consideran que hubo un error de traducción, y que la palabra καµηλον (kamelos), que significa camello, en realidad era la palabra κάμῑλος (kamilos), que significa soga. Sin embargo, si fuera verdad que Cristo dijo que es más fácil que una soga pase por el ojo de una aguja de coser, entonces quedaría más que clara la total imposibilidad de salvación para los ricos, por el simple hecho de ser ricos, ya que una soga jamás pasará por el ojo de una aguja de coser, a menos que se tratara de una aguja gigantesca.

Por otro lado, San Jerónimo tradujo los textos de las escrituras en Belén, rodeado de las gentes que hablaban esas lenguas, griego, hebreo y arameo. Sería como que hoy alguien viajara a Oxford, y se rodeara de intelectuales, para asegurarse de tener la mejor traducción posible del Inglés, y que todos ellos dejaran pasar un obvio error de traducción.

Cristo no dijo soga, sino camello. Y no se refería a una aguja de coser, sino que a la puerta estrecha a la entrada de las ciudades, que en aquel tiempo se conocía como ojo de aguja, y que hoy nos sirve a todos como perfecto ejemplo, para entender cómo es que se alcanza la salvación.

Fuente católicodefiendetufe

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1 comentario:

  1. Gracias, para mi ha sido edificante entender el pasaje Bíblico de acuerdo con la explicación que ustedes han puesto a nuestro servicio.

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