EL ORIGEN DE LA VIDA
Por Padre Jorge Loring
Dios es el Autor de la vida. Incluso en una hipótesis evolucionista hay que aceptar unas leyes que dirijan esta evolución.
Estas leyes son obra de Dios.
Juan Oró, uno de los españoles que investigan en los Estados Unidos para la NASA, que está al frente del equipo que analizó las muestras lunares que trajeron los astronautas, y cuya opinión fue definitiva para afirmar que en Marte no hay vida, opina que la vida surgió a merced de un proceso de evolución química gradual que conduce a la generación progresiva según leyes determinadas, «aunque todavía estamos lejos de tener una clara comprensión de las leyes que rigen la evolución de las partículas elementales»[1].
El biólogo soviético Alejandro Oparin, explica así el origen de la vida: «En la atmósfera terrestre primitiva, a partir de algunos compuestos relativamente sencillos, principalmente metano, amoníaco, vapor de agua y ácido sulfúrico, y bajo la acción de las descargas eléctricas y rayos ultravioleta se formaron numerosas y variadas sustancias orgánicas de molécula compleja. Estos productos pasaron a formar parte de la hidrosfera, al ser arrastrados por la lluvia, y una vez allí, sufrieron posteriores modificaciones, y un incremento ulterior de su complejidad»[2].
En abril de 1985 la revista norteamericana News Week se hacía eco de la presentación, por parte de un grupo de bioquímicos de la NASA americana, de unas pruebas según las cuales la arcilla sirvió como catalizador en la formación de los primeros compuestos orgánicos.
La agencia Reuters (X-03) comunicó que un equipo de científicos del Howards Hughes Medical Institute y del Massachusetts General Hospital de Boston han afirmado que la vida pudo comenzar en la arcilla, pues una arcilla llamada montmorillonita ayuda a la formación de grasa y del material genético RNA[3].
Podría ser una explicación de aquello de la Biblia de que la vida nació del barro[4]
Recientemente Leslie Orgel, uno de los mayores expertos mundiales en la materia, demuestra en la revista científica Nature que el origen de la vida pudo aparecer en terreno arcilloso[5].
De hecho Stanley Miller y Harold Urey, en 1953, haciendo pasar una descarga eléctrica a través de una mezcla de metano, amoníaco, nitrógeno y vapor de agua, lograron sintetizar aminoácidos constitutivos de las proteínas[6].
Aunque el experimento de Miller obtuvo aminoácidos, la vida está en la célula, no en los aminoácidos.
«Estamos a varios años luz de una célula, y también de una proteína»[7]. Pero además, los aminoácidos obtenidos por Miller son racémicos, es decir, absolutamente inútiles desde el punto de vista biológico[8].
Así opina Raúl Leguizamón, Director del Centro de Investigaciones Biogenéticas de la Universidad de Cachicoya (Argentina), en su magnífico libro donde demuestra el fraude científico de los que afirman que la vida surgió por AZAR.
El Doctor en Ciencias Químicas, D. José Sánchez-Real, Catedrático en Valencia, opina que la reacción que Oparin sitúa en la superficie de la Tierra debió darse en altas capas de la atmósfera[9].
En todo caso, como el mismo Oparin expone en su obra con multitud de fórmulas y reacciones químicas, todo esto supone unas leyes, y las leyes una inteligencia.
A esta inteligencia la llamamos DIOS.
Por eso decimos que Dios es el Autor de la vida.
El mismo Oparin reconoció en Barcelona (junio 1973), en la IV Conferencia Internacional sobre el Origen de la Vida: «El origen de la vida no es ocasional. Se ajusta en todo a las leyes de la Naturaleza».
Y Stuart Mill: «Las leyes de la Naturaleza no pueden, por sí mismas, ofrecer una explicación de su propio origen»[10].
John B. Haldane, famoso fisiólogo genetista británico, Profesor de la Universidad de Cambridge, afirma que el origen de la vida es imposible sin un Ser Inteligente preexistente[11].
«La vida no se ha formado por casualidad, sino que se basa en leyes bien precisas»[12].
Dice Salvador de Madariaga: «El mundo vivo no puede ni siquiera concebirse sino como la ejecución de un proyecto que le es anterior»[13].
El paso de las micromoléculas a las macromoléculas se realiza según unas reglas y leyes[14].
Marco Bersanelli, Director del Programa de la Agencia Espacial Europea que estudia el Big-Bang, ha manifestado que «cada vez es más evidente que la estructura del Universo y las etapas de su historia están dispuestas , hechas a propósito, para conseguir que surgiera la vida en su interior»[15].
Fred Hoyle, célebre científico inglés, a quien en 1972 le fue otorgado el título de Caballero por sus trabajos científicos, afirma: «La vida no puede haberse producido por casualidad»[16].
«El origen de la vida es inconcebible a menos que una inteligencia haya actuado sobre la materia organizada (...).
»El verdadero conocimiento científico indica la absoluta imposibilidad de que la vida pueda haberse originado al azar a partir de la materia inanimada. (...) Tiene que haber existido una inteligencia de orden extramaterial»[17].
La base de la vida, está en los ácidos nucleicos y aminoácidos. Los aminoácidos son los componentes de las proteínas[18].
Las proteínas son los ladrillos de las células[19].
Estas macromoléculas son esenciales en todo ser con vida[20].
«Hay una ley que desde los primeros aminoácidos y nucleótidos formados en las aguas primitivas han conducido a través de millones de años de evolución hasta la formación del DNA humano»[21]
La molécula del ácido desoxirribonucleico (DNA) componente fundamental de los cromosomas, es portador de la información genética.
Cada célula puede poseer docenas de cromosomas.
Cada cromosoma posee cientos de genes. Los genes son cadenas de ácido desoxirribonucleico (DNA)[22].
Harada sintetizó aminoácidos, que son los componentes estructurales de las proteínas[23] sometiendo a una temperatura de mil grados centígrados amoníaco, vapor de agua y gas metano: tres derivados volcánicos que probablemente eran muy abundantes en la atmósfera primitiva.
Sin embargo, la complejidad de la proteína lejos de ser un desorden, es un orden supremo.
Es decir, siempre hemos de admitir unas leyes que dirigen la evolución[24]
El Dr. Jorge Wald, biólogo de la Universidad Norteamericana de Harvard, Premio Nobel, dijo en el Congreso Internacional sobre el Origen de la Vida celebrado en Barcelona en junio de 1973: «No hay ninguna oposición entre la aceptación de la explicación científica del origen de la vida y la creencia en Dios, pues éste es el Autor de las leyes que rigen el proceso biológico»[25].
«Hoy, no pocos científicos, al menos entre los occidentales, admiten consecuentemente una tendencia finalista en el desarrollo de las formas. Efectivamente, los últimos descubrimientos, de modo particular los realizados en el sector de las estructuras vivientes, van demostrando la existencia de leyes en los fenómenos vitales, donde el simple azar queda excluido, aun por el mismo cálculo de probabilidades»[26].
«La vida y la evolución tienen un sentido, no es puro azar»[27].
El mismo Oparin reconoce que las leyes de la Naturaleza no pueden ser producto de la casualidad, pero no se pregunta cuál es el origen de estas leyes.
Reconocer la existencia de leyes en la Naturaleza y no preguntarse por el origen de ellas es quedarse a mitad de camino.
Sin nos preguntamos por el origen último de estas leyes llegaremos a Dios[28].
La vida pudo comenzar en el mundo en un momento determinado, según las leyes puestas por Dios en la Naturaleza.
Parece que fue hace unos 3.000 millones de años[29].
Comenzó de modo muy elemental, y poco a poco fue evolucionando hasta el hombre, que es la suprema manifestación de la vida en la Tierra.
La evolución de la vida en la Tierra supone unas leyes que la han dirigido.
La selección natural de la evolución se produce por mutaciones de los caracteres hereditarios en los genes de los cromosomas.
Pero este proceso ha seguido unas leyes que han dirigido la línea de la evolución.
«Todo el proceso ha estado programado para que al final apareciese el hombre...Ha existido una dirección , una finalidad.
»Sin duda, esta finalidad está en plano superior al puramente material de la evolución»[30].
El que la vida haya comenzado en la Tierra o haya venido de otro astro, es indiferente para explicar las causas del origen de la vida.
El que la vida haya venido de otro astro no excluye que la vida se haya originado según unas leyes.
Por otra parte, no se ha demostrado la existencia de seres inteligentes extraterrestres.
A los ovnis se les encuentran explicaciones que no los hacen necesariamente extraterrestres[31].
El hecho de que la vida haya comenzado en la Tierra o haya venido de otra galaxia es lo de menos, pues «tan sólo pospone la cuestión a otro tiempo y lugar», afirma el célebre astrónomo norteamericano Dr. Robert Jastrow[32].
Aparte de que los rayos cósmicos hubieran acabado con la posible vida en los viajes interplanetarios. «Todo organismo expuesto a la acción de las radiaciones cósmicas queda destruido»[33].
[1] YA Dominical, 20-V-79, pg.5.
[2] ALEJANDRO OPARIN: Origen de la vida sobre la Tierra, V. Ed. Tecnos. Madrid, 1970.
[3] SCIENCE MAGACINE: www.sciencemag.org
[4] Revista ALGO (VII, 1985)23.
[5] Diario ABC de Madrid, 2-V-96, pg.63.
[6] FRED HOYLE: Universo inteligente, pg.20. Ed. Grijalbo. Barcelona, 1984.
[7] RAÚL LEGUIIZARÓN: En torno al origen de la vida, 1ª, III. Ed. Nueva Hispanidad. Buenos Aires. Argentina. 2001. Magnífico libro donde se demuestra el fraude científico de los que afirman que la vida surgió por AZAR.
[8] RAÚL LEGUIIZARÓN: En torno al origen de la vida, 2ª, IV. Ed . Nueva Hispanidad. Buenos Aires.
[9] Revista IBÉRICA de Actualidad Científica, 150(XI,1974)452.
[10] JOSÉ M. CIURANA: Pruebas racionales de la existencia de Dios, V,D. Difusora del Libro. Madrid.
[11] MARIANO VIGANO, S.I.:Revista La civiltá cattolica, 3.051(6-26,VIII,1977).
[12] IVAN EFREMOV: Naves de estrellas, II. Ed. Bruguera. Barcelona, 1971.
[13] SALVADOR DE MADARIAGA: Dios y los españoles, pg.37. Ed. Planeta. Barcelona, 1975.
[14] VINTILA HORIA:Viaje a los centros de la Tierra,2º,III,6.Ed.Plaza y Janés.Barcelona, 1971.
[15] ABC Cultural, nº280 (14-III-97) 60.
[16] FRED HOYLE: El Universo inteligente, I, 1. Ed. Grijalbo. Barcelona, 1984.
[17] RAÚL LEGUIIZARÓN: En torno al origen de la vida, 2ª, II, 5. Nueva Hispanidad. Buenos Aires.
[18] JUAN RAMÓN LACADENA: Manipulación genética, 2, 2, 1. Universidad de Comillas.
[19] J. ALCÁZAR GODOY: El origen del hombre, II, 1. a. Ed. M.C. Madrid, 1986.
[20] DR. JIMÉNEZ VARGAS: El origen de la vida, I, 4. Madrid.
[21] PIERO PASOLINI: Las grandes ideas que han revolucionado la Ciencia en el último siglo, I, 4. Ed. Ciudad Nueva. Madrid, 1981.
[22] PASCUAL JORDAN: Creación y misterio, VI, 3. Ed. EUNSA. Pamplona, 1978.
[23] Revista IBÉRICA de Actualidad Científica, n.187(III, 1978)91.
[24] G. ELLIOT, S.I.: Evolución, marxismo y cristianismo, I. Ed. Plaza y Janés. Barcelona.
[25] Entrevista presentada por Televisión Española el 21-VI-73 en el espacio “24 horas”.
[26] SEBASTIÁN BARTINA, S.I.: Hacia los orígenes del hombre, I, 1. Ed. Garriga. Barcelona.
[27] JOSÉ BASABE: Catedrático de la Universidad de Barcelona: El origen de la vida en la Historia del Mundo. Ed. Salvat. Barcelona, 1970.
[28] JOSÉ A. SAYÉS: Dios existe, II, 1, b. Ed. EDAPOR. Madrid, 1982.
[29] C. LEURRIEE: El origen de la vida, III. Ed. Istmo. Madrid, 1971.
[30] DR. BERMUDO MELÉNDEZ, Catedrático de Paleontología en la Universidad Complutense de Madrid: Las bases científicas del evolucionismo, pg. 89. Ed. ADUE. Madrid
[31] RODOLFO LIEBIG: La otra revelación, III, 1. a. Ed. Sal Terrae. Santander, 1977.
[32] ROBERT JASTROW: El telar mágico. Ed. Salvat. Barcelona, 1985.
[33] CHRISTIAN LÉOURIER: El origen de la vida, II. Ed. ISTMO. Madrid. 1970.
Fuente católicodefiendetufe
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Dios es el Autor de la vida. Incluso en una hipótesis evolucionista hay que aceptar unas leyes que dirijan esta evolución.
Estas leyes son obra de Dios.
Juan Oró, uno de los españoles que investigan en los Estados Unidos para la NASA, que está al frente del equipo que analizó las muestras lunares que trajeron los astronautas, y cuya opinión fue definitiva para afirmar que en Marte no hay vida, opina que la vida surgió a merced de un proceso de evolución química gradual que conduce a la generación progresiva según leyes determinadas, «aunque todavía estamos lejos de tener una clara comprensión de las leyes que rigen la evolución de las partículas elementales»[1].
El biólogo soviético Alejandro Oparin, explica así el origen de la vida: «En la atmósfera terrestre primitiva, a partir de algunos compuestos relativamente sencillos, principalmente metano, amoníaco, vapor de agua y ácido sulfúrico, y bajo la acción de las descargas eléctricas y rayos ultravioleta se formaron numerosas y variadas sustancias orgánicas de molécula compleja. Estos productos pasaron a formar parte de la hidrosfera, al ser arrastrados por la lluvia, y una vez allí, sufrieron posteriores modificaciones, y un incremento ulterior de su complejidad»[2].
En abril de 1985 la revista norteamericana News Week se hacía eco de la presentación, por parte de un grupo de bioquímicos de la NASA americana, de unas pruebas según las cuales la arcilla sirvió como catalizador en la formación de los primeros compuestos orgánicos.
La agencia Reuters (X-03) comunicó que un equipo de científicos del Howards Hughes Medical Institute y del Massachusetts General Hospital de Boston han afirmado que la vida pudo comenzar en la arcilla, pues una arcilla llamada montmorillonita ayuda a la formación de grasa y del material genético RNA[3].
Podría ser una explicación de aquello de la Biblia de que la vida nació del barro[4]
Recientemente Leslie Orgel, uno de los mayores expertos mundiales en la materia, demuestra en la revista científica Nature que el origen de la vida pudo aparecer en terreno arcilloso[5].
De hecho Stanley Miller y Harold Urey, en 1953, haciendo pasar una descarga eléctrica a través de una mezcla de metano, amoníaco, nitrógeno y vapor de agua, lograron sintetizar aminoácidos constitutivos de las proteínas[6].
Aunque el experimento de Miller obtuvo aminoácidos, la vida está en la célula, no en los aminoácidos.
«Estamos a varios años luz de una célula, y también de una proteína»[7]. Pero además, los aminoácidos obtenidos por Miller son racémicos, es decir, absolutamente inútiles desde el punto de vista biológico[8].
Así opina Raúl Leguizamón, Director del Centro de Investigaciones Biogenéticas de la Universidad de Cachicoya (Argentina), en su magnífico libro donde demuestra el fraude científico de los que afirman que la vida surgió por AZAR.
El Doctor en Ciencias Químicas, D. José Sánchez-Real, Catedrático en Valencia, opina que la reacción que Oparin sitúa en la superficie de la Tierra debió darse en altas capas de la atmósfera[9].
En todo caso, como el mismo Oparin expone en su obra con multitud de fórmulas y reacciones químicas, todo esto supone unas leyes, y las leyes una inteligencia.
A esta inteligencia la llamamos DIOS.
Por eso decimos que Dios es el Autor de la vida.
El mismo Oparin reconoció en Barcelona (junio 1973), en la IV Conferencia Internacional sobre el Origen de la Vida: «El origen de la vida no es ocasional. Se ajusta en todo a las leyes de la Naturaleza».
Y Stuart Mill: «Las leyes de la Naturaleza no pueden, por sí mismas, ofrecer una explicación de su propio origen»[10].
John B. Haldane, famoso fisiólogo genetista británico, Profesor de la Universidad de Cambridge, afirma que el origen de la vida es imposible sin un Ser Inteligente preexistente[11].
«La vida no se ha formado por casualidad, sino que se basa en leyes bien precisas»[12].
Dice Salvador de Madariaga: «El mundo vivo no puede ni siquiera concebirse sino como la ejecución de un proyecto que le es anterior»[13].
El paso de las micromoléculas a las macromoléculas se realiza según unas reglas y leyes[14].
Marco Bersanelli, Director del Programa de la Agencia Espacial Europea que estudia el Big-Bang, ha manifestado que «cada vez es más evidente que la estructura del Universo y las etapas de su historia están dispuestas , hechas a propósito, para conseguir que surgiera la vida en su interior»[15].
Fred Hoyle, célebre científico inglés, a quien en 1972 le fue otorgado el título de Caballero por sus trabajos científicos, afirma: «La vida no puede haberse producido por casualidad»[16].
«El origen de la vida es inconcebible a menos que una inteligencia haya actuado sobre la materia organizada (...).
»El verdadero conocimiento científico indica la absoluta imposibilidad de que la vida pueda haberse originado al azar a partir de la materia inanimada. (...) Tiene que haber existido una inteligencia de orden extramaterial»[17].
La base de la vida, está en los ácidos nucleicos y aminoácidos. Los aminoácidos son los componentes de las proteínas[18].
Las proteínas son los ladrillos de las células[19].
Estas macromoléculas son esenciales en todo ser con vida[20].
«Hay una ley que desde los primeros aminoácidos y nucleótidos formados en las aguas primitivas han conducido a través de millones de años de evolución hasta la formación del DNA humano»[21]
La molécula del ácido desoxirribonucleico (DNA) componente fundamental de los cromosomas, es portador de la información genética.
Cada célula puede poseer docenas de cromosomas.
Cada cromosoma posee cientos de genes. Los genes son cadenas de ácido desoxirribonucleico (DNA)[22].
Harada sintetizó aminoácidos, que son los componentes estructurales de las proteínas[23] sometiendo a una temperatura de mil grados centígrados amoníaco, vapor de agua y gas metano: tres derivados volcánicos que probablemente eran muy abundantes en la atmósfera primitiva.
Sin embargo, la complejidad de la proteína lejos de ser un desorden, es un orden supremo.
Es decir, siempre hemos de admitir unas leyes que dirigen la evolución[24]
El Dr. Jorge Wald, biólogo de la Universidad Norteamericana de Harvard, Premio Nobel, dijo en el Congreso Internacional sobre el Origen de la Vida celebrado en Barcelona en junio de 1973: «No hay ninguna oposición entre la aceptación de la explicación científica del origen de la vida y la creencia en Dios, pues éste es el Autor de las leyes que rigen el proceso biológico»[25].
«Hoy, no pocos científicos, al menos entre los occidentales, admiten consecuentemente una tendencia finalista en el desarrollo de las formas. Efectivamente, los últimos descubrimientos, de modo particular los realizados en el sector de las estructuras vivientes, van demostrando la existencia de leyes en los fenómenos vitales, donde el simple azar queda excluido, aun por el mismo cálculo de probabilidades»[26].
«La vida y la evolución tienen un sentido, no es puro azar»[27].
El mismo Oparin reconoce que las leyes de la Naturaleza no pueden ser producto de la casualidad, pero no se pregunta cuál es el origen de estas leyes.
Reconocer la existencia de leyes en la Naturaleza y no preguntarse por el origen de ellas es quedarse a mitad de camino.
Sin nos preguntamos por el origen último de estas leyes llegaremos a Dios[28].
La vida pudo comenzar en el mundo en un momento determinado, según las leyes puestas por Dios en la Naturaleza.
Parece que fue hace unos 3.000 millones de años[29].
Comenzó de modo muy elemental, y poco a poco fue evolucionando hasta el hombre, que es la suprema manifestación de la vida en la Tierra.
La evolución de la vida en la Tierra supone unas leyes que la han dirigido.
La selección natural de la evolución se produce por mutaciones de los caracteres hereditarios en los genes de los cromosomas.
Pero este proceso ha seguido unas leyes que han dirigido la línea de la evolución.
«Todo el proceso ha estado programado para que al final apareciese el hombre...Ha existido una dirección , una finalidad.
»Sin duda, esta finalidad está en plano superior al puramente material de la evolución»[30].
El que la vida haya comenzado en la Tierra o haya venido de otro astro, es indiferente para explicar las causas del origen de la vida.
El que la vida haya venido de otro astro no excluye que la vida se haya originado según unas leyes.
Por otra parte, no se ha demostrado la existencia de seres inteligentes extraterrestres.
A los ovnis se les encuentran explicaciones que no los hacen necesariamente extraterrestres[31].
El hecho de que la vida haya comenzado en la Tierra o haya venido de otra galaxia es lo de menos, pues «tan sólo pospone la cuestión a otro tiempo y lugar», afirma el célebre astrónomo norteamericano Dr. Robert Jastrow[32].
Aparte de que los rayos cósmicos hubieran acabado con la posible vida en los viajes interplanetarios. «Todo organismo expuesto a la acción de las radiaciones cósmicas queda destruido»[33].
[1] YA Dominical, 20-V-79, pg.5.
[2] ALEJANDRO OPARIN: Origen de la vida sobre la Tierra, V. Ed. Tecnos. Madrid, 1970.
[3] SCIENCE MAGACINE: www.sciencemag.org
[4] Revista ALGO (VII, 1985)23.
[5] Diario ABC de Madrid, 2-V-96, pg.63.
[6] FRED HOYLE: Universo inteligente, pg.20. Ed. Grijalbo. Barcelona, 1984.
[7] RAÚL LEGUIIZARÓN: En torno al origen de la vida, 1ª, III. Ed. Nueva Hispanidad. Buenos Aires. Argentina. 2001. Magnífico libro donde se demuestra el fraude científico de los que afirman que la vida surgió por AZAR.
[8] RAÚL LEGUIIZARÓN: En torno al origen de la vida, 2ª, IV. Ed . Nueva Hispanidad. Buenos Aires.
[9] Revista IBÉRICA de Actualidad Científica, 150(XI,1974)452.
[10] JOSÉ M. CIURANA: Pruebas racionales de la existencia de Dios, V,D. Difusora del Libro. Madrid.
[11] MARIANO VIGANO, S.I.:Revista La civiltá cattolica, 3.051(6-26,VIII,1977).
[12] IVAN EFREMOV: Naves de estrellas, II. Ed. Bruguera. Barcelona, 1971.
[13] SALVADOR DE MADARIAGA: Dios y los españoles, pg.37. Ed. Planeta. Barcelona, 1975.
[14] VINTILA HORIA:Viaje a los centros de la Tierra,2º,III,6.Ed.Plaza y Janés.Barcelona, 1971.
[15] ABC Cultural, nº280 (14-III-97) 60.
[16] FRED HOYLE: El Universo inteligente, I, 1. Ed. Grijalbo. Barcelona, 1984.
[17] RAÚL LEGUIIZARÓN: En torno al origen de la vida, 2ª, II, 5. Nueva Hispanidad. Buenos Aires.
[18] JUAN RAMÓN LACADENA: Manipulación genética, 2, 2, 1. Universidad de Comillas.
[19] J. ALCÁZAR GODOY: El origen del hombre, II, 1. a. Ed. M.C. Madrid, 1986.
[20] DR. JIMÉNEZ VARGAS: El origen de la vida, I, 4. Madrid.
[21] PIERO PASOLINI: Las grandes ideas que han revolucionado la Ciencia en el último siglo, I, 4. Ed. Ciudad Nueva. Madrid, 1981.
[22] PASCUAL JORDAN: Creación y misterio, VI, 3. Ed. EUNSA. Pamplona, 1978.
[23] Revista IBÉRICA de Actualidad Científica, n.187(III, 1978)91.
[24] G. ELLIOT, S.I.: Evolución, marxismo y cristianismo, I. Ed. Plaza y Janés. Barcelona.
[25] Entrevista presentada por Televisión Española el 21-VI-73 en el espacio “24 horas”.
[26] SEBASTIÁN BARTINA, S.I.: Hacia los orígenes del hombre, I, 1. Ed. Garriga. Barcelona.
[27] JOSÉ BASABE: Catedrático de la Universidad de Barcelona: El origen de la vida en la Historia del Mundo. Ed. Salvat. Barcelona, 1970.
[28] JOSÉ A. SAYÉS: Dios existe, II, 1, b. Ed. EDAPOR. Madrid, 1982.
[29] C. LEURRIEE: El origen de la vida, III. Ed. Istmo. Madrid, 1971.
[30] DR. BERMUDO MELÉNDEZ, Catedrático de Paleontología en la Universidad Complutense de Madrid: Las bases científicas del evolucionismo, pg. 89. Ed. ADUE. Madrid
[31] RODOLFO LIEBIG: La otra revelación, III, 1. a. Ed. Sal Terrae. Santander, 1977.
[32] ROBERT JASTROW: El telar mágico. Ed. Salvat. Barcelona, 1985.
[33] CHRISTIAN LÉOURIER: El origen de la vida, II. Ed. ISTMO. Madrid. 1970.
Fuente católicodefiendetufe
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CATHOLIC MAGAZINE depende del apoyo de lectores como tú para seguir defendiendo nuestra fe Católica, la cultura de la vida, la familia y la libertad de fe. AGRADECEMOS SU DONATIVO, DIOS LE BENDIGA
GRACIAS MIL
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