Son miles los registros de “curaciones inexplicables” que suceden todos los años en el santuario mariano de Lourdes, Francia – uno de los más conocidos y concurridos del mundo. Sin embargo, son poquísimas las curaciones consideradas efectivamente milagrosas por parte de la Iglesia, que adopta criterios muy rigurosos en su minuciosa validación científica de cada caso.
Para saber como se hace el detallado estudio médico de cada supuesto milagro, lee el artículo Los 7 criterios científicos de una curación milagrosa.
A pesar del rigor de estos estudios, perdura desde hace tiempo el desprecio de personas no creyentes que ni siquiera se toman la molestia de saber cómo la Iglesia valida o descarta los miles de casos de “milagros aparentes”. Para mucha gente desinformada o mal informada, cualquier milagro es mera charlatanería desprovista de fundamentos.
Esa postura de supuesta intelectualidad contrasta con la actitud de respeto y consideración adoptada por profesionales de reconocido prestigio, como el médico francês Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina, que, entre otras relevantes contribuciones a la ciencia, se hizo famoso por el descubrimiento del virus HIV.
Ex-director del Instituto Pasteur, ese importante científico de renombre mundial expuso su opinión sobre los milagros de Lourdes en el libro Le Nobel et le Moine, en que dialoga con el monje cisterciense Michel Niassaut, y que recoge la publicación española Religión en Libertad.
En determinado momento, las conversaciones abordan las curaciones inexplicables ocurridas en Lourdes, y se pregunta la opinión de un no creyente como él. Luc Montagnier responde:
“Cuando un fenómeno es inexplicable, si realmente existe, no hay necesidad de negar nada”.
Al final, si el fenómeno existe, ¿qué sentido tiene negarlo? Se trata de estudiarlo, no de fingir que no existe. Montaigner afirma que «en los milagros de Lourdes hay algo inexplicable», y rechaza la postura de otros científicos, que «cometen el error de rechazar lo que no entienden. No me gusta esa actitud. Frecuentemente cito la frase del astrofísico Carl Sagan: ‘La ausencia de prueba no es prueba de ausencia’”.
Montagnier prosigue: “En cuanto a los milagros de Lourdes que estudié, creo en realidad que es algo inexplicable». «No me explico estos milagros pero reconozco que hay curaciones que no están incluidos en el estado actual de la ciencia”, concluye.
La relación de otro premio Nobel con Lourdes
Sin embargo, Montagnier no es el único Premio Nobel que tiene una relación con Lourdes. Mucha más profunda fue la de Alexis Carrel, Nobel en Medicina en 1912. De hecho, su relación con estas curaciones le llevó incluso a la conversión al catolicismo.
En 1903 Carrel era un joven médico ateo. Un compañero que iba a acompañar como doctor a un grupo que peregrinaba a Lourdes no pudo asistir y le pidió que fuera él quien le sustituyera. Accedió a ir para comprobar personalmente la falsedad de los milagros que se atribuían a aquel lugar. Pero allí justamente asistió personalmente a uno de ellos, hecho que le cambió la vida.
Visitó a una mujer moribunda a causa de la tuberculosis. Observó y analizó todos los síntomas. Sin duda, moriría pronto. El milagro se produjo ante sus ojos. Salió de las piscinas y todo había desaparecido. Ese hecho produjo su conversión, la cual narró en un libro que supuso un escándalo para el naturalismo escéptico dominante en aquel momento en Francia.
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