Alejandro Cortés González-Báez ha elevado la vocación de servir al prójimo a su máxima expresión, al dedicar su vida al sacerdocio, además de ser paramédico rescatista y bombero voluntario del Heroico Cuerpo de Bomberos de Chihuahua, donde cubre turnos de guardia.
Participa en acciones de rescate dentro la corporación cuando tiene oportunidad, como el operativo en el rescate de un trabajador de la construcción que cayó a un barranco, en el que no dudó en descender más de ocho metros, en lo más profundo de la zona de construcción, donde se cimentaban unas varillas, en un terreno que se consideraba inestable, por haberse derrumbado.
El padre Alejandro –aún vestido con el característico traje de pantalón y camisa negros, alzacuello blanco y un casco de color amarillo- contribuyó a colocar al herido en una camilla rígida, y posteriormente a la altura de la avenida Río de Janeiro, participó como ancla de la línea de la vida, con la soga que usaron para subir al joven accidentado y ponerlo a salvo para trasladarlo en una ambulancia hacia el hospital.
El presbítero Alejandro Cortés González-Báez es licenciado en Pedagogía por la Universidad Panamericana, realizó sus Estudios de Teología en el Colegio Romano de la Santa Cruz, en Italia; obtuvo un Doctorado en Derecho Canónico por la Universidad de Navarra. Es capellán del Centro Cultural Carrizal del Opus Dei, en Chihuahua.
Fue ordenado sacerdote del Opus Dei en 1978, y ha sido editorialista en diversos medios desde 1994, actualmente es columnista de El Heraldo de Chihuahua, y especialista en temas de familia.
Ha sido miembro de la Cruz Roja Mexicana desde 1986; ha recibido capacitación y labores en la Sección de Rescate de la Cruz Roja Mexicana. Se desempeña como bombero voluntario del H. Cuerpo de Bomberos de Chihuahua
En el marco del Día del Bombero Voluntario, el 2 de junio, el sacerdote de más de 70 años ejerce su servicio a la comunidad como paramédico y bombero, realiza su ministerio sacerdotal de tiempo completo.
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